Un breve informe de la Cumbre mundial del Arte y la Cultura por la Paz en Colombia.
Eduardo de la Serna
En Colombia, el 9 de abril es el
día nacional de las víctimas, y con ese motivo la alcaldía de Bogotá organizó
esta Cumbre Mundial. Un evento impresionante con decenas y decenas de
actividades cada día, con más de 100 invitados internacionales y cientos de
invitados nacionales, con eventos simultáneos en 3 teatros muy grandes, en
localidades vecinas y otros lugares (hospital Juan de Dios, Planetario, etc…).
El programa de todas las actividades, para darse una idea, lo pueden ver
bajando el pdf en http://www.idartes.gov.co/index.php/cm-programacion.
Como acontecimiento central, el 9
de abril se organizó una marcha en la que se calcularon 300.000 personas
saliendo desde el Centro de la memoria y reconciliación (de la alcaldía) con
destino el Parque Simón Bolívar donde se realizó un recital con muchos
artistas, entre ellos León Gieco (¡siempre donde debe estar!) y Ruben Blades.
Eso ocupó prácticamente todo el día, aunque también hubo otras actividades en
los teatros, como pueden ver en el programa.
El viernes se realizó un Partido
por la Paz en el que participó Maradona (otro que lo critican, pero siempre
está en las causas justas) y muchas estrellas mayoritariamente colombianas,
aunque también algún argentino (además de Diego) y paraguayo (como Roberto
Cabañas). Lo que provoca Diego es impresionante: por ejemplo, la cantidad
impresionante de gente de la marcha no le permitió llegar al inicio en el que
el alcalde Gustavo Petro (¡qué tipo interesante!) junto con Juan Manuel Santos
encendieron una llama por la paz y pusieron la piedra fundamental de un centro
nacional de la memoria. Diego no pudo llegar y a la tarde lo llamó ¡el
presidente de la República! para disculparse.
Los encargados del gran evento
fueron IDARTES (instituto distrital de las artes) y la Alta Consejería de las
Víctimas y la Reconciliación, ambos dependientes de la alcaldía. Es obvio que
en Colombia está lleno de personas que son artesanos de la guerra, y no están
interesados en la paz. Por ejemplo, fue patético en el diario El Tiempo
(originalmente de la familia Santos), el principal diario colombiano que junto
con El Espectador conforman la prensa hegemónica, publicó en página 2 una gran
foto de Estela de Carlotto y la presidenta de las madres de Soacha [ver http://www.semana.com/especiales/proyectovictimas/crimenes-de-la-guerra/ejecuciones-extrajudiciales/las-madres-de-soacha.html]
y al pie de la foto decía que se habían encontrado “en un evento en favor de
las víctimas”. Nada de Cumbre, nada de imponente movilización en favor de
la Paz… ¡no!, “acto en favor de las víctimas”. Por su parte, el consejo
distrital llamó a la Alta Consejera por las Víctimas el miércoles y el jueves a
rendir cuentas (en plena cumbre, en plena marcha, ¿casualidad?) sobre los
gastos y qué se estaba haciendo. La intención de boicotear es evidente [como el
boicot al alcalde que compró el predio del antiquísimo hospital san Juan de
Dios, donde los pobres eran atendidos, para remodelarlo y volver a tener ese
hospital y que es impedido por el consejo con mayoría uribista-santista].
Interesante la respuesta de la alta consejera, cuando le preguntaron cuánto
costó la Cumbre. A lo que respondió “la Alta Consejería gasto X millones pesos
(no recuerdo el número, creo que 45), pero permítame que le repregunte: ¿usted
sabe cuánto gastó Colombia en la guerra? Pues X billones de pesos (tampoco
recuerdo el número, pero creo que 220)”.
En lo personal participé el martes
7 en un panel con otras 5 personas (eso me obligó a cortar por la mitad la
charla que originalmente iba a ser de 40 minutos, como me dijeron). Creo que la
recepción fue muy buena, en especial por los murmullos aprobatorios al terminar
el acto, y los saludos días sucesivos (el texto completo lo publique en mi blog: http://blogeduopp2.blogspot.com/2015/04/la-sangre-derramada-y-la-siembra-de.html).
Mi participación fue en el teatro México que estaba lleno, cosa que me
sorprendió.
En lo personal aproveché para
participar de todos los eventos que pude, aunque a veces hube de elegir uno renunciando
a otro por ser ambos interesantes. Aproveché para charlar, por ejemplo con la
presidenta del Congreso de Ecuador, (¡muy buena su ponencia!), y con una
diputada salvadoreña del FMLN también muy interesante.
Aproveché también para saludar a
Ignacio Guido Montoya Carlotto, y unas cuantas personalidades más (obvio que
también a León Gieco, Estela de Carlotto, Atilio Borón, Piedad Córdoba…).
En fin, creo que el evento puede
ser una instancia decisiva para pensar y edificar la paz. Y señalo para terminar
dos aspectos importantes desde mi perspectiva, uno negativo y uno positivo:
Negativo: la ausencia
total de la Iglesia institucional de toda la cumbre de la paz. Hubo otro cura,
un jesuita colombiano “Pacho” de Roux, muy conocido en su lucha por la paz y
muy valioso, pero me refiero a obispos, Conferencia Episcopal, etc… ¿No decimos
“Cordero de Dios… danos la paz!”?, ¿“en la tierra, paz a los hombres
(y mujeres) que ama el Señor”? ¿No celebramos el 1 de enero “día de la
paz”? Pues parece que si la paz ‘no la preparo yo’ no es paz, o no cuenta
(por no aludir a las declaraciones del nuncio sobre el Papa y la paz,
terribles! Pero “es nuncio” ¿qué se puede esperar? Ver http://www.noticiascaracol.com/colombia/el-papa-francisco-vendra-colombia-dice-el-nuncio-apostolico).
Positivo: la inmensísima
cantidad de jóvenes. Tanto en la cumbre como en la marcha, la presencia de
jóvenes es importantísima, y un signo fascinante para el futuro (los argentinos
sabemos de esto). Le decía al decano de la Facultad de Teología: “estén
atentos a este signo de los tiempos; los jóvenes salieron a la calle, los
jóvenes se expresaron y expresan. Atentos a dónde debe estar la Iglesia”.
Realmente agradezco la
invitación, y vuelvo con la alegría de haber aprendido mucho más de lo que pude
haber dicho, y celebro las iniciativas en favor de la paz, y agradezco haber
podido poner un grano de arena en esta edificación.
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