La vida que brota de la cruz
Eduardo de la Serna
La vida está llena de
momentos de dolor, cruz y muerte que luego devienen vida.
Quiero mencionar uno, a modo
de ejemplo:
A partir de 1976 nos mataron.
La muerte no era metáfora, la cruz tampoco. La crueldad marcó a fondo nuestra
cultura, nuestra historia, nuestro cotidiano: la economía, las relaciones
interpersonales, la calle… Pocas veces en mi vida personal la cruz fue tan
cruz.
Pero de pronto empezó a
brotar vida. Y no me refiero (aunque la incluya) a los juicios, a la memoria, a
los presos. Me refiero a las calles, a la vida resucitada. Cuando cada vez más
las calles se llenan de jóvenes los 24 de marzo, jóvenes que no vivieron la
cruz pero saben lo que significó, me digo: “¡nos mataron, pero resucitamos!” La
vida supo brotar en la noche oscura, la pascua mostró la luz tenue al principio
y festiva después (por eso no puedo entender los 24 de marzo de la izquierda,
todos enojados, de mal humor, con caras turbias. Nunca una fiesta, nunca una
vida resucitada).
Hoy celebramos la Pascua. Una
cruz, tortura, Pilatos, martirio, muerte. Y una palabra de Dios que es vida,
dadora de vida, que resucita a su Hijo para decir la última palabra en esta
historia.
Ojalá sepamos ver los brotes
de vida, ojalá sepamos reconocerla para que la vida nos impregne. Ojalá el
“Felices Pascuas” sea, de verdad, el triunfo de la vida.
Muchas felicidades
Eduardo
foto tomada de blogemaus.wordpress.com
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