sábado, 14 de febrero de 2015

El rol satánico del fiscal




El rol satánico del fiscal

 Eduardo de la Serna



La Biblia es un libro “vivo”. Tiene historia en cada página, vida de comunidades (y muerte), contextos, avances y retrocesos. 

Habitualmente, los retrocesos que da el pueblo de Israel (o algunos en su seno) son calificados de “pecado”. La imagen es la un camino, que se yerra, o una flecha que no da en el blanco. 

Por otra parte, Dios y su corte (los planetas, otros dioses, los ángeles…) asisten al acontecer de la historia y el obrar humano. En ese obrar, con frecuencia aparecen los “adversarios”, y la Biblia le dedica buenos párrafos a estos. Pero hay un “adversario” que merece nuestra atención: “el fiscal”.

La imagen, obviamente, es tomada del terreno judicial. Es el responsable de la acusación, en muchos casos injusta. Algunas traducciones, por ejemplo del Salmo 109,6, ponen “fiscal” (Biblia de Jerusalén) mientras otras prefieren “acusador” (Biblia del Peregrino); lo interesante es que en estas, el texto hebreo dice “satán” y el griego “diabolos”. 

Un caso emblemático lo encontramos en Zacarías en una visión donde se señala que el rol de Satán es “acusar” (3,1-2). Y especialmente se debe destacar su rol en los capítulos 1 y 2 del libro de Job. Allí es claro que se trata de un miembro de la corte celestial, pero que recorre las vidas humanas para encontrar de qué acusar (1,7; 2,2). Sin pruebas, a modo de desafío, acusa a Job falsamente de tener una religiosidad interesada: afirma que ama a Dios por los beneficios que Dios le ha dado. Estas acusaciones desencadenan en adelante la magnífica obra de Job en la que la falsa imagen tradicional de Dios, como el que beneficia a los buenos y castiga a los malos es puesta en crisis. La falsa acusación de Satán servirá para que quede a la vista que el sufrimiento de los inocentes, las víctimas de la historia no tienen a Dios como causante, sino como un Dios que toma partido por ellos, y que muchas veces a los que les va bien en la vida es producto de la injusticia o la violencia.
Esta imagen cortesana del fiscal llevará a que más tarde (en la literatura apocalíptica particularmente) el Satán-fiscal pase a ser una figura espiritual negativa. Se traducirá – como dijimos – al griego como “diabolos”. Así lo presenta el apocalipsis, por ejemplo: «Ahora ya ha llegado la salvación, el poder y el reinado de nuestro Dios y la potestad de su Cristo, porque ha sido arrojado el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba día y noche delante de nuestro Dios» (12:10). Así, una imagen que originalmente era simplemente “cotidiana”, pasa a ser “satánica”, clara enemiga del pueblo, pero será vencida por Cristo cuando Dios reine.

El fiscal-diablo-satanás, “príncipe de los demonios”, será quien sea enfrentado por Jesús en su ministerio (especialmente en Lucas) expulsando demonios, reintegrando la integridad de la persona humana (las connotaciones políticas y antiimperiales de las expulsiones de demonios son muy importantes de tener en cuenta). Las falsas acusaciones, el intento de hacer caer o desviar el camino llevan a mostrar a Jesús y al Espíritu Santo como el “defensor”: «Yo sé que mi Defensor [goel] está vivo, y que él, al final, se levantará sobre el polvo» (Job 19:25; algunas traducciones como la Biblia del Peregrino han preferido “defensor” también para traducir el griego “paráclito”, cf. Jn 14,16.26; 15,26; 16,7). No hace falta señalar la diferencia evidente entre el “fiscal” y el “defensor”, imagen que en el ámbito del espíritu contrasta a Satanás-diablo con el mismísimo Espíritu Santo. El amor y el no-amor, el beneficio o perjuicio del pueblo, el otro como hermano o como adversario son fácilmente reconocibles como aquellos ámbitos en los que podemos acertar o somos llevados a errar el camino. Camino que la Biblia llama de verdadera “justicia”.

Foto tomada de alejandrobodart.com.ar

viernes, 13 de febrero de 2015

Sobre la marcha del 18F

Ante la reciente declaración de la Comisión Justicia y Paz del Episcopado adhiriendo a la marcha del 18F los Curas en opción por los pobres decimos:

   La marcha del 18F


La trágica muerte del fiscal Nisman no sólo ha conmovido al país. También ha servido para que salgan a la luz oscuras operaciones contra la justicia y la democracia como ya hemos denunciado oportunamente desde el grupo.

Mientras algunos sectores de la justicia se dedican – no sabemos si con responsabilidad o no – a la investigación, otros sectores han convocado a una incomprensible marcha el próximo miércoles 18 de febrero, a la que oportunistamente han adherido miembros de la oposición y otros sectores, algunos claramente antidemocráticos.

Y hoy vemos, con estupor, que la Comisión Nacional de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal Argentina “hace pública su adhesión a la misma”. Lamentablemente, algunas actitudes de ciertos sectores eclesiales ya no nos sorprenden, pero así como hace años ante la actitud del obispo Aguer, garante de delincuentes dijimos “no es la Iglesia”, hoy queremos repetir que estos sectores “no son la Iglesia”, es decir, que no representan a toda la Iglesia, que mayoritariamente es el pueblo creyente al que acompañamos como pastores.

Un grupo del poder judicial, amigos de  poderosos y corporaciones, cómplices de cautelares y violadores sistemáticos de las leyes que duermen en cajones sigue mostrando su impudicia del lado del poder. Y – lamentablemente – un grupo del poder eclesiástico le hace llegar su bendición. Estamos habituados. Pero esperamos que el testimonio del Papa Francisco, que quiere “una Iglesia pobre y para los pobres”, impulse a toda la Iglesia a convertirse al pobre y buscar justicia. Justicia que sólo será legítima si empieza por los de abajo, si beneficia, en primer lugar, a las víctimas de la injusticia y no es cómplice de los victimarios.

Grupo de Curas en la Opción por los Pobres
12 de febrero de 2015


Foto tolada de www.infobae.com

jueves, 12 de febrero de 2015

Creo que no voy a ir



Creo que no voy a ir

Eduardo de la Serna



Parece que va a haber una marcha. Y yo “nací” políticamente entre marchas. La marcha del hambre en mayo de 1972, por ejemplo; o la marcha para festejar el triunfo de Cámpora en marzo de 1974... Eso supuso lacrimógenos claro. Pero varias veces los padecimos. 

Eso no quita que haya marchas que luego fueron cooptadas, como el festejo popular por el (falso) triunfo en el Mundial 78. 

Recientemente también pude participar de varias marchas (los 24 de marzos son casi una obligación, para mí). Y trato de ir, por una cuestión casi de connaturalidad.

Pero ahora me dicen que un grupo de fiscales convocó a una marcha para pedir justicia. Pero ¿no son ellos los encargados de que la haya? ¿Es una marcha crítica a la fiscal Fein en la investigación por la muerte del fiscal Nisman? Es verdad que la fiscal pareciera más preocupada por las luces y las cámaras que por los papeles y por buscar pruebas, pero no me parece que los fiscales deban presionarla de esa manera. Para peor, hay muchos de esos fiscales que no parecen muy activos... Campagnoli embarró sistemáticamente la cancha cuando se le hizo juicio en el consejo de la magistratura, Marijuan tiene cajoneada la causa fuga de dinero del JP Morgan, y otros están sospechados de tapar la causa AMIA. Me resulta extraña la marcha.

Pero todo se aclaró cuando nos dijeron que Massa, Macri, Carrió, Binner van a participar. Y se agrega Moyano, Barrionuevo y hasta Cecilia Pando. Suena casi como que se decidieron a participar después de la marchita convocada para diciembre a la que fueron creo que 6, 7 u 8 personas. Mal que les pese. Suena a algo así como “todos contra...”. 

No sé cómo harán para hacer silencio, aunque les será beneficioso ya que cada vez que hablan se les piantan miles de votos, me dicen. Lástima que Scioli no pueda participar también. Todo sería más claro si fuera. El que no entiendo por qué no participa es Paul Singer. Creo que debería. No digo Thomas Griesa ya que está celebrando su cumpleaños 90 de egresado de la primaria junto con Carlos Fayt. Pero Singer creo que debería ir. 

Ahora, me quedan una serie de preguntas:


  • ·         Los fiscales dicen que marchan para reclamar justicia
  • ·         Los fondos “vinchuca” (o buitres) hablan de enriquecimiento ilícito
  • ·         El diario La Nación habla de “terrorismo de Estado”
  • ·         Clarín habla de libertad de expresión omitiendo palabras de la presidenta
  • ·         La Unión Industrial habla en contra de la industrialización (y defendió los 90, donde la industria se desplomó)
  • ·         Sectores del Episcopado hablan de la desnutrición de la que no hablaron cuando desde el Consenso de Washington se desplomó la vida y los derechos de los pobres
  • ·         Los miembros de la oposición dicen que van a derogar, vetar, o no dar cuórum porque quieren una oposición constructiva
  • ·         La Comunidad Europea dice que Grecia se está suicidando. Y se lo dice a España, para que “no puedan”.
  • ·         Estados Unidos dice que “los otros” son terroristas

La verdad que sabiendo que la marcha será “de silencio” me dan ganas de ir. Especialmente ante tantas cosas que “dicen”. Además, siendo “miércoles de cenizas” sería una buena manera de hacer penitencia. Pero bueno, si no llego empiecen sin mi.


Foto tomada de argentina.indymedia.org

martes, 10 de febrero de 2015

Comentario domingo 6B



La inclusión de los que la religión oficial excluye es voluntad de Jesús
DOMINGO SEXTO - TIEMPO DURANTE EL AÑO - "B"
15 de febrero

Eduardo de la Serna



Lectura del libro del Levítico     13, 1-2. 45-46

Resumen: la lepra en la Biblia es más que una “enfermedad”, se trata de una impureza ritual que excluye a quien la padece del contacto con el “Dios santo” y con el “pueblo santo”. La responsabilidad de los sacerdotes ante un leproso es garantizar la impureza o purificación de una persona a fin de que participe o se vea excluido de la asamblea.


Lo que la Biblia llama “lepra” se encuentra muy detallado en los capítulos 13-14 del libro del Levítico [de las 36 veces que aparece el término hebreo tzarra’t lo encontramos x29 en estos capítulos y x6 en el resto del AT: 2 Reyes 5 (x4) y x1 en Dt y 2 Cr.]. Por “lepra” se entiende una mancha en la piel, con lo que probablemente haya que incluir también en el caso otras enfermedades cutáneas. Sin embargo, el tema principal no radica en la “enfermedad” sino en la “impureza”. Una persona con manchas en la piel es impura y por tanto no puede acercarse al ambiente “sagrado”. Pero – además – es importante señalar que la impureza se transmite (no se ha de confundir con el “contagio” de una enfermedad; y hoy se sabe que la lepra no es contagiosa) sino con que la impureza se transmite a los demás (o por el contacto con cosas impuras). 

Una nota sobre la pureza e impureza. El tema es sumamente importante y se podría profundizar extensamente. Señalemos, simplemente, que – por motivos diversos, muchos de ellos desconocidos para nosotros – hay cosas, alimentos, situaciones que hacen “impura” a la persona que entra en contacto con ello. Por ejemplo, tocar sangre (seguramente porque es la fuente de la vida, algo que pertenece al mundo divino) hace a alguien impuro, por lo que la menstruación o un parto hacen impura a la mujer. Del mismo modo, hay alimentos puros o impuros, o incluso actitudes que vuelven impuros a quienes las realizan (tocar un cadáver, por ejemplo). Hay baños purificadores, y hay cosas que no transmiten impureza (la piedra, por ejemplo)… Una persona impura no puede acercarse al “Dios santo”, y queda – a su vez – separado (temporalmente, mientras dure la impureza) del “pueblo santo”. En el caso concreto de la “lepra” el sacerdote es el que debe “atestiguarla” y excluir de la asamblea al “leproso”; por eso, en caso de curación, es el mismo sacerdote quien debe testimoniar la purificación.

El texto litúrgico, luego de la exposición de la situación y la presentación al sacerdote, presenta solamente dos versículos (vv.45-46) con el aparente objetivo simplemente de ilustrar la vida de exclusión que vivía un leproso. Este debía ser visible por todos ya desde su modo de vestir y no podrá vivir en el “campamento” (más tarde se destacará la imposibilidad del leproso de ingresar a la ciudad “santa” de Jerusalén; es posible que ciudades como Samaría fueran – en tiempos de Jesús – lugar de recepción de leprosos [a cargo de esenios] que, incapacitados de entrar en la ciudad, estando en los alrededores pueden - por ejemplo - celebrar la pascua) y cuando ande por los caminos irá gritando su impureza para que nadie se le aproxime y quede a su vez impuro.


Lectura de la primera carta de San Pablo a los cristianos de Corinto     10, 31-11, 1

Resumen: con el criterio de no buscar el propio interés sino el de los demás, Pablo busca que los destinatarios de su misión “se salven” e invita a los lectores a que hagan lo mismo en toda circunstancia como lo hizo Cristo dando su vida por el bien de los débiles.


Pablo está terminando la unidad en la que responde a la pregunta formulada por los corintios sobre la carne ofrecida a los ídolos. La unidad está marcada por la idea de buscar el interés de “los demás” y no el propio (vv.24.33):


  • que nadie procure su propio interés sino el de los demás” (v.24)
  • lo mismo que yo, que me esfuerzo por agradar a todos en todo, sin procurar mi propio interés, sino el de todos para que se salven” (v.33).


En este caso, el interés de los demás es el cuidado de la “conciencia” de los demás (tema importante en la unidad) a fin de que esta no se vea afectada (vv.27-29). 

A modo de síntesis (y puesto que el tema es la comida, si se puede o no participar en donde se come carne que fue ofrecida a los ídolos) señala que lo que hagan (sea que coman, sea que beban) sea “para gloria de Dios”. El contraste parece estar entre dar gloria a Dios o escandalizar a los demás (a su conciencia), sean estos judíos, griegos o miembros de la Iglesia de Dios” (v.32). 

La gloria (doxa) siempre es dada a Dios, o es una manifestación de Dios en la historia. Sin embargo, en los primeros escritos de Pablo (como 1 Tesalonicenses y 1 Corintios) se parece al “honor de es debido a Dios” y también a los seres humanos (1 Tes 2,6; 2,20; 1 Cor 2,7; 15,40…) es más referido al ambiente divino en los escritos posteriores (cf. 2 Cor 3,7-11; 4,15.17; Fil 2,11; 3,21; Rom 5,2; 6,4…). Se trata de que Dios sea reconocido (y honrado) por los demás al ver nuestro obrar. Lo contrario es hacerlos tropezar, escandalizar.

Puesto que en su vida y ministerio Pablo (¡y lo acaba de decir hablando de sí mismo!) busca no su “propio interés” sino el de todos para que se salven, (objetivo principal del ministerio paulino, que los destinatarios “conozcan a Cristo”, es decir la fe) por tanto puede invitar a los lectores a que sean sus imitadores. Así como él imita a Cristo buscando la salvación de todos. La misma idea se encuentra en 4,16 y se trata de una exhortación a seguir el camino que Pablo enseña. El modelo de Cristo es el modelo de quién tanto miró el interés de los demás por encima del propio que dio su vida por los débiles (8,11) ya que “Cristo no buscó su propio agrado” (Rom 15,3).


+ Evangelio según san Marcos     1, 40-45

Resumen: un leproso pide a Jesús ser purificado. Tocándolo Jesús logra la purificación de parte de Dios mostrando que el Reino que predica busca la inclusión de aquellos que el sistema religioso dejaba afuera.


Luego del “día en el ministerio de Jesús”, Marcos comienza a mostrar una serie de hechos de Jesús en los que entrará en conflicto con las estructuras religiosas de Israel. Todos estos hechos se ven litúrgicamente interrumpidos por la cuaresma que comienza el próximo domingo [en realidad, el miércoles de Ceniza]; el tiempo “durante el año” continuará recién el 14 de junio (domingo 11º, con lo que los domingos 7º a 10º quedan omitidos este año, es decir los capítulos 2,1-4,25 de Marcos). 

El texto nos presenta un “leproso” – una especie de ‘muerto en vida’ – que se “acerca” a Jesús y se pone de rodillas y le “suplica” (parakalôn). Lo que el leproso (a distancia, como corresponde) dice a Jesús es que si quiere (thelô) puede “limpiarlo” (katharizô) (v.40). Ya hemos señalado (primera lectura) que en el caso de la lepra el tema no es tanto la enfermedad cuanto la pureza (el verbo limpiar, katharizô se encuentra x28 en Lev 13 y 14 y x4 en 2 Re 5, siempre en referencia a la lepra). Lo que el leproso pide es la limpieza, por tanto algo ritual. Que este es el tema central de la unidad viene manifestado en que el verbo se repite, a continuación otras dos veces: “queda limpio” (v.41; la voz pasiva puede indicar que Dios es quien lo limpia) – “quedó limpio” (v.42) y es enviado a hacer la ofrenda por la “limpieza” (v.44) (fuera de esta unidad en Marcos sólo se encuentra en 7,19 para referir a la pureza de los alimentos). 

El texto está enmarcado en dos repeticiones:

Llegó (erjetai)... puedes (v.40)
Se fue (exelthon)… no podía (v.45)

La purificación no es narrada más que a partir del efecto (quedó limpio) pero señala que Jesús “lo tocó”, algo expresamente vedado ante un impuro ya que la impureza se transmite por contacto (ver Lev 5,2; 22,5; Núm 19,22; Lam 4,15). De este modo Jesús queda impuro, pero no es ese el centro del relato ni lo importante. Lo que cuenta es la persona, Jesús no permanece indiferente ante su exclusión; no es la “religión” sino la “inclusión” lo que manifiesta el reino de Dios y el Dios del reino para Jesús. La frase “puedes (dynasai) limpiarme” es interesante ya que el término suele usarse para señalar que Jesús “puede” hacer cosas que no son posibles a los humanos (3,27; 5,3; 8,4.22-23.28-29) pero son posibles para Dios (9,3; 10,26). El uso de la voz pasiva nos remite a Dios como el que provoca la purificación.

Un tema debatido es de crítica textual, ¿qué dice el texto? ¿Cómo reacciona Jesús ante el pedido del leproso? Algunos manuscritos dicen que Jesús se “encolerizó” mientras otros afirman que se “compadeció”. Si bien los términos son muy diferentes en griego: orgistheis y splagjnistheis respectivamente, no son tan diferentes en un probable original arameo (ethra‘em y ethraham respectivamente). En el primero de los casos, el enojo de Jesús estaría dado por el poder de la impureza que excluye de la vida al leproso, en el segundo de los casos, la compasión provoca la actitud positiva de Jesús hacia el leproso. Es preciso afirmar que ambas lecturas son probables, y los autores y estudiosos dudan entre ambas, aunque la liturgia ha preferido “compasión”. De hecho es frecuente que Jesús frente al dolor o sufrimiento se mueve por la “compasión” y obra un milagro, un signo del reino. El verbo splagjnizomai – el que se ha aceptado – tiene su raíz en las splgjna, que son las “entrañas” (cf. Hch 1,18). Puesto que en la mentalidad bíblica la sede del amor son las entrañas (y no el corazón), es razonable que con frecuencia las traducciones castellanas, allí donde el griego dice splagjna – entrañas se prefiere traducir por “corazón” (cf. 2 Cor 6,12; 7,15; Fil 1,8; Flm 7.12.20; 1 Jn 3,17), es interesante el uso de “entrañas de misericordia” (cf. Lc 1,78; Col 3,12).

Como corresponde a la purificación, el sacerdote debe atestiguarla para permitir la reinserción del leproso, sin embargo aquí Jesús afirma para que “les sirva de testimonio”. Aparentemente se refiere a que la purificación les “sirva” a los sacerdotes como testimonio que Jesús es el agente del reino, que purifica al que había sido leproso (mientras los sacerdotes sólo pueden atestiguar). Y a su vez de que Jesús viene a presentar un modo diferente de relación con Dios que no se nutre de una “religión” de exclusión sino de misericordia. El gesto de “tocar” sin duda refuerza la centralidad en la persona que el reino que Jesús predica quiere mostrar y “atestiguar”.

Un elemento característico de Marcos y que aquí encontramos por vez primera es lo que se ha llamado el “secreto mesiánico”, es decir el mandato de Jesús a los que se han visto beneficiados por un milagro  de que no lo divulguen. El sentido parece semejante a lo que hemos señalado ante los demonios que confiesan quién es Jesús. Jesús no quiere ser reconocido como un mesías de milagros y poder sino aceptado en la cruz.  Que trasciendan sus milagros sólo sirve para confundir; de hecho, si bien es cierto que la fama crece y cada vez son más los que lo siguen, en el momento de la cruz todos – incluso los más cercanos, con la excepción de unas pocas mujeres – todos lo abandonan y dejan solo lo cual revela que no han entendido su mesianismo a pesar de un primer momento multitudinario.