sábado, 7 de febrero de 2015

Por favor... ¡basta!



Por favor… ¡BASTA!

Eduardo de la Serna



Sin ninguna duda todos tenemos miradas diferentes sobre los más diversos motivos. Y esas miradas diferentes nos enriquecen, nos alimentan, nos nutren. Nos dan una amplia posibilidad de relativizar lo que creemos casi absoluto, nos dan nuevas perspectivas de lo que a veces es demasiado plano, nos permiten otra óptica.

Pero esto no quita que haya alguna cosas “más absolutas que otras”… o “menos relativas”, si se quiere. Es evidente – o al menos, así me resulta – que el “amor a la patria” es más importante que el “amor a mi pequeña parcela”. Y mirar mi parcela por encima de la patria, sólo hablaría de mi pequeñez, o de mis miserias. 

A lo largo de la historia hay muchos momentos o situaciones donde hay aspectos fundamentales, o incluso grandes oportunidades o grandes crisis en las que se juega la grandeza o la pequeñez ínfima de las personas. Hay una patria por encima, y solamente los miserables se desentienden de ella en beneficio de sus propios intereses.

En nuestra historia reciente ha habido momentos de crisis que han servido de (lamentable) oportunidad para dar pasos adelante: la muerte de María Soledad Morales, de Omar Carrasco, del crimen de la Dársena, por señalar algunos ejemplos (lamentablemente, siempre se trata de muertes trágicas… sería de desear que aprendamos sin necesidad de ellas, pero a lo mejor eso habla de nuestras limitaciones o miserias). En muchas ocasiones tragedia–crisis–oportunidad van de la mano. Se acompañan. 

Los así llamados “servicios de inteligencia” son una rémora preocupante que la democracia no merece. Pero la mirada en el “chiquitaje” por parte de algunos sólo sirve para favorecer que nada cambie en estos momentos de crisis-oportunidad. Es sabido (y hay quienes lo han padecido) que estos grupos de inteligencia se han transformado en un poder paralelo (y de chantaje), y de relaciones espurias con el poder judicial, político, periodístico… (¿Cómo se accede en pleno secreto de sumario en una causa hiper-sensible a un “borrador” en un “tacho de basura” sin ser parte de la misma?). 

Ver las reacciones y actitudes de muchos dizque periodistas, políticos y miembros del poder judicial realmente me provocan hastío. Es evidente (y Argentina no es una excepción) que los medios de comunicación resultan el principal partido de la oposición en nuestros países latinoamericanos. Y gestores o lobistas de las políticas públicas (el caso de los tratados de paz en Colombia, el nuevo gobierno de Bachelet, o los manejos políticos contra Dilma son más que evidentes). Y creer que “ellos sí”, pero que en “Argentina el periodismo es independiente” es grotesco, infantil… y estúpido. Escuchar a algún dizque político como Macri, Massa, Scioli me resulta altamente preocupante de solo pensar que podrían ser alguna vez gobierno. Por no mencionar a la enferma (de odio) de Carrió o (enfermo de oquedad) de Binner (porque hablar de Alonso o Bullrich es darle entidad a la más que nada misma). Y desde hace un tiempo aparece como “poder opositor” un grupo del “poder judicial” (no “la justicia”, que les queda grande. ¡Muy grande!). Nisman era un ejemplo de eso, como el ‘agente’ Lagomarsino, y – ahora especialmente – una camada de “fiscales” (¿tiene que ver con eso la “campaña” contra Gils Carbó?): ver allí a Campagnoli, Marijuán, Stornelli y el invalorable aporte de Julio Piumatto me resulta de una pequeñez grave. Miseria que la patria no merece.

¿No hay nadie que sea capaz de mirar antes que su propio (pequeño) beneficio, antes que su parcela, un poco más allá. De verdad ya no lo pretendo de la oposición cuya microscopía me resulta alarmante; tampoco lo pretendo de los dizque periodistas, especialmente de los medios medio-cres; y – lamentablemente – tampoco lo pretendo de muchos del poder judicial, siempre “amigo” de los que no lo son míos ni de los pobres; pero sí lo pretendo del pueblo, de los que padecemos semejantes engendros. Espero y sueño que ante tanta miserabilidad, pequeñez y escoria algunos muestren algo de grandeza, algo de amor a la patria, algo de dignidad. Aunque parezcan desconocer el sentido de esa palabra.


Dibujo tomado de viviendovalores.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario