Jesús sigue acampando en nuestra tierra
DOMINGO SEGUNDO DESPUÉS DE NAVIDAD
5 de enero
Eduardo de la Serna
Resumen: La sabiduría de Dios habla de sí misma presentándose como una entidad independiente. Y se la destacará como presente en medio de su pueblo después de haber recorrido todos los tiempos y todos los lugares antes de “acampar” en Israel. Esto es lo que canta litúrgicamente el autor.
Una serie de textos de la literatura sapiencial presentan unos himnos en los que se refiere a la sabiduría divina presentada casi como si se tratara de una persona; se los ha llamado de “la sabiduría personificada”, como si se tratara de una licencia poética, una especie de “hipóstasis”. Sea como fuere, lo cierto es que estos textos fueron muy utilizados en los primeros escritos cristianos para hablar de Cristo ya que permitían dar pasos que la ortodoxia judía –a la que adherían- de ninguna manera les habría permitido dar: la preexistencia de Jesús, la altura (casi) divina… La gran mayoría de los himnos del NT, que son cristológicos, utilizan estos cánticos, como el prólogo del Evangelio de Juan (Evangelio del día). La referencia a la sabiduría que acampa en medio de su pueblo sin duda ha inspirado al autor del himno de Juan, y parece el motivo por el que es incorporada en el leccionario de hoy.
La
“Sabiduría” comienza con un elogio de sí misma, luego la muestra buscando “su
lugar en el mundo” hasta que “acampa” en Israel (vv.3-12) para luego establecer
imágenes comparativas: con el universo vegetal (vv.13-17), y con un banquete
(vv.19-22).
Para
la Biblia es sumamente necio la auto-alabanza; sólo tiene sentido alabar a
Dios, o su obra en nosotros, esto es “gloriarse” en Dios que actúa (cf. 39,8;
Jer 9,22-23). En este caso, la Sabiduría lo dice expresamente, se gloría “en
medio de su pueblo, en la asamblea del Altísimo abre su boca, delante de su
Poder (= Dios) se gloría”. Lo que hará, entonces es hablar, pero de la obra que
Dios ha hecho en su pueblo, y esto se expresa en la liturgia (vv.1-2).
Esta
sabiduría, una vez que “sale” busca un lugar donde asentarse, y recorre el
universo entero; cubrió la tierra entera (v.3), pareó por las alturas (vv-4-5a)
y los abismos (v.5b), el mar y todos los pueblos (v.6), así, en todo “lugar”
estaba la sabiduría, y también, en “todo tiempo” (v.9), buscaba “descanso”, y
“herencia” (v.7) y entonces “el Creador” le ordenó “poner su tienda” en Israel
(vv.8.10-12). Y esta presencia se expresa de “adentro” hacia “afuera”
comenzando por el Templo (v.10a), en Jerusalén (vv.10b-11) y en todo su pueblo
(v.12).
Con
las doce comparaciones vegetales (“como…”) continúa el relato, pero la liturgia
lo interrumpe aquí. El acampe de la sabiduría en medio de su pueblo es lo que
le interesa destacar a la liturgia de hoy.
Lectura de
la carta del apóstol san Pablo a los cristianos de Efeso 1, 3-6. 15-18
Resumen: la carta a los Efesios comienza con un himno que antecede a la habitual acción de gracias donde se canta que “en Cristo” los judeo-cristianos han accedido a la plenitud de las bendiciones esperadas. Y que esto y también se hace extensivo a los paganos “en Cristo” por la predicación del Evangelio. Luego de esto vienen los saludos en los que la fe en Jesús y el amor a los hermanos pasan a ser centrales.
Resumen: la carta a los Efesios comienza con un himno que antecede a la habitual acción de gracias donde se canta que “en Cristo” los judeo-cristianos han accedido a la plenitud de las bendiciones esperadas. Y que esto y también se hace extensivo a los paganos “en Cristo” por la predicación del Evangelio. Luego de esto vienen los saludos en los que la fe en Jesús y el amor a los hermanos pasan a ser centrales.
La llamada carta a los Efesios presenta una serie de novedades interesantes que no es el caso comentar aquí. Lo cierto es que como otras pocas cartas (2 Corintios y 1 Pedro) no comienza como suele ocurrir en las restantes con una “acción de gracias” sino por una “bendición” que tiene una cierta forma hímnica (en este caso, la acción de gracias se hará más adelante). Los himnos del Nuevo Testamento suelen ser cristológicos, y esta no es la excepción, aunque las implicancias sean eclesiológicas. “En Cristo” se celebra y canta que las bendiciones que los judíos esperaban de parte de Dios se han concretado plenamente: “bendecido”, “elegido”, “santos”, “hijos adoptivos”, “herencia”, los que ya antes esperábamos (vv.3-5.11-12). Los judeo-cristianos cantan y celebran que esto se ha alcanzado “en Cristo” (vv.3.4.6.7.9.12), pero hay una novedad, un “misterio” (v.9; cf. 3,3.4.9; 5,32; 6,19) y es que todo esto se abre también a los paganos “tras haber oído la palabra de la verdad, el Evangelio” (v.13), “en él también ustedes”.
El texto litúrgico presenta
la primera parte de este himno, y luego pasa a la primera parte de la carta
propiamente dicha: “Por eso yo, al haber tenido noticias de la fe de ustedes…”
En realidad, comienzan los saludos a los destinatarios, que nos son
desconocidos, pero de los que sabemos que vienen del ambiente pagano. Este
saludo, excesivamente largo (no hay un punto desde v.15 hasta v.22) se
interrumpe en el texto litúrgico. El autor, un discípulo de Pablo da gracias
(v.16) y pide para que tengan “espíritu de sabiduría y de revelación” para
“conocerlo” y que conozcan la esperanza y la gloria. Todo esto ya que “Pablo”
ha tenido noticias de la “fe en el Señor Jesús” y la “caridad para con todos
los santos”. Una vez más la relación entre Jesús y la comunidad y sus miembros son
inseparables.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 1, 1-18
La lectura del día es la misma de la lectura del día de Navidad. Remitimos a esa fecha para ver el comentario http://blogeduopp.blogspot.com.ar/2013/12/comentario-navidad.html
Foto tomada de www.geschichteinchronologie.ch
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