Más dinosaurios vivos
Eduardo de la Serna
Las constantes y terribles
matanzas entre conservadores y liberales en Colombia (o lo que dicen que fue
eso) motivo una nueva constitución y un acuerdo de bipartidismo con alternancia
en el poder. Esta constitución fue uno de los motivos de las movilizaciones populares
encabezadas por Camilo Torres, más tarde asesinado.
Y una de las instituciones
creadas a partir de este concordato fue la institución del Procurador General
de la Nación. Este es propuesto en una terna por el presidente de la Nación y
elegido por los dos tercios del Senado y su poder escapa a cualquier control.
Puede destituir a senadores, alcaldes, gobernadores y no hay sino ante el mismo
procurador posibilidad de apelación. Dudo seriamente que esta institución resista un serio criterio de constitucionalidad.
El actual procurador, reelecto
(el presidente Santos presentó una terna casi obvia, como si dijéramos Gabi, Fofó y Ordoñez) pertenece a agrupaciones
pseudocatólicas –o ultracatólicas- de extrema derecha, y tiene entre sus
blasones haber destituido a Piedad Córdoba, y al anterior alcalde de Bogotá, Samuel Moreno.
Colombia fue sumida en numerosos escándalos en el gobierno de Álvaro Uribe, y
no lo es mucho menos en el actual de Juan Manuel Santos, pero ninguno de ellos
fue destituido por el Procurador Alejandro Ordoñez: ni los relacionados con
paramilitares, el narcotráfico, la corrupción de la salud, agroseguro y tantos
otros. Todos ellos siguen allí. Pero hoy, para agregar una nueva cucarda a su
curriculum vitae (le gustará que esté dicho en latín) acaba de destituir a Gustavo
Petro, alcalde de Bogotá, e "inhabilitarlo por 15 años".
No hay parte del mundo donde la
recolección de basura no sea un negocio fabuloso. Y a por él fue Petro. El día
que vencía el contrato de las concesionarias decidió que la alcaldía se
ocuparía de eso. Algo avisado con bastante tiempo de anticipación. ¿Qué
ocurrió? Pues que pareciera que los bogotanos han de ser los seres más sucios
del planeta, porque esa tarde la ciudad estaba inundada de basura (casi como si
no la hubieran recolectado algunos días antes, casi, casi… como si hubieran
esperado el momento preciso para descargarla toda; casi casi como si los hijos de Uribe tuvieran intereses en la basura privada). Mientras tanto, apareció el
otro jugador fundamental: los medios de comunicación hegemónicos. Los
noticieros de la TV de una hora dedicaban más de 50 minutos a mostrar una y
otra vez la basura no recogida! (y no me lo contaron, lo vi yo). No había otra
noticia en Colombia ni en el mundo. Sólo la basura que Petro no sabía recoger.
Y ahora, por esa razón, el
inefable dinosaurio ha destituido a Gustavo Petro. No hacía falta cambiar el
modelo de recolección, afirma. Era ilegal el nuevo modelo implementado. Hay que respetar a las empresas privadas, pontifica.
En lo personal me resultaría por
lo menos más honesto que directamente le impidan a determinados candidatos
presentarse a elecciones y no someterlos un poco tiempo después a la farsa de
un juicio donde la derecha es juez y parte.
Al menos mientras exista ese
engendro de la Procuración para lo cual hay candidatos a medida. Vaya desde acá
mi saludo y admiración a Gustavo Petro.
Imagen tomada de delaurbe.udea.edu.co
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