LA INMACULADA
CONCEPCIÓN
DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARIA
Solemnidad
8 de diciembre
DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARIA
Solemnidad
8 de diciembre
Eduardo de la Serna
Lectura del libro del Génesis 3,
9-15.20
Resumen: el texto del varón y la mujer en el
jardín, y la sentencia posterior que “marca” a toda la especie humana destaca
la rivalidad perpetua entre la serpiente y la descendencia de la mujer. La
relectura mariana del texto a partir de la traducción latina explica su
introducción en la liturgia de hoy.El texto del varón y la mujer en el jardín se presenta con un esquema judicial: hecho en el que se viola un mandato (3,1-7), interrogatorio (3,8-13) y sentencia (3,14-19). El mandato está presentado como tantos mandamientos: “no comerás” (2,17). La violación del mandato presenta los personajes: serpiente, mujer, varón) y el interrogatorio se desarrolla de modo inverso (varón, mujer y alusión a la serpiente). La sentencia nuevamente invierte los personajes: serpiente, mujer, varón. Como es habitual en los interrogatorios, cada uno responsabiliza al siguiente: el varón a la mujer, la mujer a la serpiente.
La
sentencia, presenta los elementos negativos de la vida cotidiana vistos ahora
como una suerte de pena por el mandato violado: la serpiente resulta peligrosa
para la especie humana, el dolor del parto, el dominio del varón sobre la
mujer, el trabajo arduo y muchas veces infructuoso del campesino… [Desde una
mirada de género resulta evidente que el dominio del varón sobre la mujer es
algo negativo y perverso que el autor ve en su tiempo presente y tiene claro
que no es eso lo que forma parte del plan de Dios para los seres humanos].
El
motivo de la elección del texto para la liturgia de hoy está dado
fundamentalmente por el v.15, en el texto hebreo se destaca que “el linaje de
la mujer”, es decir, la humanidad, estará en constante enemistad con las
serpientes. Es evidente el peligro que este animal representa para el campesino
y el conflicto entre ambos. Sin embargo, la traducción latina de la Vulgata no
señala la enemistad entre “él” (= el linaje) sino “ella”, es decir, la mujer.
La gran cantidad de imágenes marianas en la que se ve a María pisando la cabeza
de una serpiente manifiestan claramente la eficacia de esta relectura.
Resumen: Un himno de los cristianos venidos del judaísmo canta la realización de todas las bendiciones prometidas a Israel alcanzadas en Cristo. Pero estas bendiciones la Iglesia las ha visto también realizadas en la Madre de Jesús desde el momento de su concepción.
El discípulo de Pablo que escribe Efesios parece citar un himno litúrgico cantando la realización de las promesas de Israel (1,3-12, dirigida a “nosotros”), ampliadas ahora también a los no judíos (3,13-14, dirigida a “ustedes”). Muchas características de Israel se celebran realizadas: “bendición”, “elegido para ser santos”, “ser sus hijos”, “redención”, “conocimiento del misterio”, “herencia”, que han alcanzado su plenitud y realización en Cristo. Israel sabía que era pueblo elegido, santo, hijo de Dios… y los cristianos provenientes del judaísmo proclaman que eso se ha realizado perfectamente en Cristo. Y además, que se ha hecho extensivo a los paganos a partir de que se le ha predicado el Evangelio y han creído en él (v.13).
Sin
embargo, muchos de estos temas, particularmente la elección antes de la
creación del mundo (v.4) parecen haber influido en que el texto fuera
incorporado en la liturgia de hoy. María es elegida desde su misma concepción
para ser la madre del Hijo de Dios, “santa e inmaculada” (v.4), “elegida de
antemano” (vv.5.11).
+ Evangelio según san Lucas 1, 26-38
Resumen: En un esquema de “encargo de misión” un enviado de Dios se dirige a María para anunciarle el nacimiento y la misión del hijo por venir. Llena del espíritu de Dios –algo habitual ante un encargo divino- María acepta la propuesta del ángel. Esta aceptación es la que da razón a la elección eterna manifestada en su concepción inmaculada.
Lucas
pone en paralelo –como es habitual en él- dos anuncios angélicos en los que
resaltará la misión que Dios ha previsto a los hijos que ambos engendrarán. El
esquema es semejante a los “encargos de misión difícil”, como el que recibirá
Jeremías, por ejemplo (Jer 1,4-10). Sin embargo, lo que ocurrirá entre ambos es
notablemente diferente: Zacarías e Isabel se asemejan a los grandes personajes
del A.T. en los que a pesar de ser justos, la mujer ya anciana no ha tenido
hijos, a la espera de una intervención decisiva de Dios. Lo que ocurrirá en
María es abismalmente diferente, no solamente porque se trata de una joven, y
en una situación totalmente novedosa, sino que ambos hijos también lo serán.
Isabel llamará a María “la madre de mi Señor”
luego que el niño que lleva en su seno se llene de alegría brincando (1,41-44).
Sin
duda, de todos modos, la lectura alude a la inesperada maternidad virginal de
María y la misión de su hijo como hijo de Dios, no a lo que podemos llamar la
infancia de María o su misma gestación, algo de lo que escribirán algunos
evangelios apócrifos. Sin dudas, el “sí de María” es la razón por la que Dios
la ha escogido desde siempre, y es este “sí” el que hoy propone la liturgia.
Para este sí es que la madre de Jesús es llamada “llena de gracia” (kéjaritômenê, el término se encuentra
también en el himno de Efesios que acabamos de comentar, v.6: «para alabanza de la gloria de su
gracia con la que nos agració [ejarítôsen] en el Amado» [Ef 1,6]).
Siguiendo el esquema habitual: intervención divina –
saludo – “no temas” – encargo de misión difícil – duda – signo hay algunos
elementos que son propios de este texto y se deberán comentar en otra ocasión. El
acento principal en este texto elegido para esta celebración está dado en la
aceptación de María a la maternidad que se le anuncia.
Nuestra Señora de Caacupé, patrona de Paraguay
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