Una cuestión de “lealtad”
Eduardo de la Serna
La ciudad de Buenos Aires
despertó en la tarde de 1945 de un sueño – pesadilla para tantos – al encontrar
cientos de miles de cosas inesperadas. O, para ser precisos, personas. Que
habían sido tratados como “cosas” por unos pocos. Pero “pocos” que mandaban.
Decidían. Pensaban. Ordenaban. Y esas cosas-personas quisieron mostrar su
afecto, cariño, reconocimiento, ¡lealtad! Lealtad a alguien que a su vez había
sido leal a ellos. Dialogando. Escuchando. Respetando. Valorando. Reconociendo.
Y ese 17 de octubre nació un nuevo día en el calendario nacional: el día de la
lealtad.
Es cierto que es habitual que los
seres humanos seamos leales a alguien o algo: a una ideología (¿quién no la
tiene?), a los amigos, al dios dinero… Pero hay lealtades que llaman más la
atención que otras. Especialmente lealtades que manifiestan la gratuidad, en la
que no es evidente que se espere algo de la otra parte.
La lealtad de un pueblo a una
persona, y de la persona al pueblo dio comienzo a un movimiento. Un movimiento marcado
a fuego por esa lealtad.
Pero…
Pero es cierto que simulando
lealtad en la historia del movimiento aparecieron “traidores”. En este esquema
de la lealtad el traidor es “el perro que
muerde la mano que le da de comer”. Pienso en los que intentaron “un
peronismo sin Perón”, a lo Vandor. O quienes en nombre de, o desde el
movimiento traicionaron todas sus banderas de justicia, libertad y soberanía,
como el menemismo. Pero para no ir tan lejos (aunque el menemismo está vivo,
como es evidente), pienso en algunas expresiones contemporáneas:
- Massa siendo jefe de gabinete de ministros habló muy mal (“es un perverso”, dijo) del ex presidente Néstor Kirchner ante la embajada yanqui (él y su mano derecha O’Reilly, el agente inmobiliario de Tigre… el que quiere vender islas y esas cosas, dicen). Massa, desde que ganó con la publicidad sistemática de los medios hegemónicos que nunca mostraban ni muestran nada malo de Tigre, salió a buscar gobernadores, intendentes, dirigentes para que “se pasen” a sus filas. Es decir… “para que traicionen”. ¿Lealtad? ¿Qué es eso? No gracias, ¡paso! Claro que queda la pregunta: si gobernara, ¿a quién sería leal? Es evidente.
- Moyano siendo jefe de la CGT se pasó hablando maravillas del modelo económico – social actual, pero bastó que no pudiera meter “sus” candidatos a diputados, que no pudiera dirigir él la política, para que se volviera furioso opositor (además de dirigente deportivo, poniendo plata a raudales, algo que todos saben es normal que tengan los dirigentes sindicales…). ¿Lealtad a un proyecto o a sus ambiciones personales?
- El “peronismo opositor” (al que con ironía excelente Verbitsky llama “peornismo”), quedó fuera del reparto, pareciera. Y no basta que “el que depositó dólares” no recibió dólares, no basta que rodeen de asesores a Massa, Macri y Scioli… La pregunta es: ¿lealtad? ¿El pueblo?
- No haremos referencia a otros personajes que no pertenecen al “movimiento de la lealtad”, aunque vale la pregunta: Binner, al menos ¿es leal al socialismo? Hablando de Capriles, de la Mano Invisible del Mercado y bien de los EEUU, no lo parece. Carrió, ¿es leal a la cordura? ¿al sentido común? ¿O los proyectos iniciados por ella misma? Habiendo roto con todos y cada uno de los pasos que ha dado, no lo parece. Ni siquiera leal al principio característico de que “los K se pelean con todos” ya que “el peor de los K” es un niño de pecho al lado de Lilita en este tema. ¿Y Maurizio? Parece leal al Capital, sin duda. Todo lo que dice y hace parece bastante fiel al capitalismo neoliberal. Leal es…
-
Pero queda la pregunta fundamental: ¿el pueblo
dónde está? Porque si las encuestas de Massa (¡¡¡!!!) difundidas por La Nación
(¡¡¡!!!) dicen que Cristina tiene una imagen positiva que ronda el 40%, después
de toda la campaña negativa en todo, en cada cosa, en cosas inventadas, el que
hizo y no hizo, en que yegua o Kretina, que autoritaria, con la campaña
sistemática donde no se pone – al contrario de Tigre, como dijimos – ni una
buena noticia nacional (ni el satélite, ni la aparición de Guido pudieron
romper el esquema de Todo Negativo).
Es curioso, y no es todo “claro y
distinto” pero al menos me quedan algunos elementos claros: quiénes son los que
más han hecho y hacen por los pobres del pueblo; quienes son en todo momento
abanderados de la falta de lealtad (Sergio) o de la lealtad a todo lo contrario
de lo que defiende al pueblo (Maurizio) o corchos que flotan en la nada misma
(Danielito)… Y hoy, entonces, día de la lealtad renuevo mi simpatía con el
proyecto nacional y popular. Y no sólo porque la oposición es impresentable (¡y
vaya que lo es!) sino porque hay un proyecto, hay un pueblo. Y hay vida. ¡Nada
menos!
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