Ultracatólicos
Eduardo de la Serna
Un grupo de enfermos de odio irrumpió ayer en la
Catedral de Buenos Aires a los gritos y rezando el rosario a voz en cuello,
porque el templo estaba siendo profanado, según su miopía.
“Ultra” viene del latín, y es “más allá”. La
ultratumba es más allá de las tumbas, y el “non plus ultra” es que no hay nada
más allá. Estos están más allá de lo católico. Pero creen, en su cortedad, que
son el paradigma de la catolicidad. Y la catolicidad -creen- les viene dada
porque “el sacrificio” de Cristo, “el siervo sufriente” de Yahvé, nombre bien
dado al Salvador, los identifica, y no debe ser dado a ese pueblo (= los
judíos) y con eso que blasfemamente quieren llamar “holocausto”, porque son “adoradores de falsos dioses”. Habiendo
judíos en el templo, evidentemente, este quedó profanado.
Ante semejantes sandeces, se me ocurren miles de
cosas para comentar. Sólo lo haré con algunas. Para empezar, la estupidez de
afirmar que los judíos tienen “falsos dioses”, cuando –de entrada-
hablamos de un pueblo monoteísta. Y que –además- comparte con los cristianos
–católicos o no- el mismo Dios, al que nosotros llamamos “padre de Jesús”.
Semejante tontera sólo puede provenir de una extraña confusión entre su
ideología nazi con una suerte de catolicidad “a la carta”. No parece necesario
responder esta obviedad.
Las lecturas bíblicas fundamentalistas, tampoco
ameritan razonamiento. Que el siervo de Yahvé de Isaías sea dicho del pueblo
judío (o una parte de él) es algo bastante probable en cualquier estudio serio
sobre el profeta. Claro que para saberlo habría que leer, y ciertas ideologías
obtusas no están preparadas para tan noble ejercicio.
La negación o relativización de la Shoa, y toda la
barbaridad comenzada por la “noche de los cristales rotos” es propia de
la ideología menguante, y nada tiene que ver con un planteo religioso. Quizás
Durán Barba haya tenido tus 15 minutos de fe en la Catedral ayer.
Pero a raíz de esto me resultan importantes dos
breves reflexiones:
Estos tipos pueden decirse católicos y hasta puede
haber quienes lo crean, debido a los aires que tanto Juan Pablo 2º como Benito
16º les dieron reconociéndolos. No hemos sino tomado la medicina que nos han
proporcionado los papas anteriores y esperamos que el papa actual desarticule a
la brevedad.
Finalmente, ¿cuándo será que haya quienes reconozcan
que la profanación de los templos, no está dada por una oración conjunta con
otros hermanos y amigos (los judíos en este caso) sino con la profanación de la
persona humana. Se profana los templos de Dios con la tortura, con el hambre,
con el maltrato, con la trata de personas, la deshumanización política,
económica o social, la guerra, la droga, la violencia… Eso es verdadera profanación de
templos, y ojalá la Iglesia, los hermanos judíos, otras iglesias y comunidades
cristianas, y religiones o no religiones varias sepamos no sólo rezar a los gritos sino levantar juntos la voz para
que la persona humana resplandezca en una era humana y fraterna que esperamos.
foto tomada de www.losandes.com.ar
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