Una nota sobre palabras y silencios
Eduardo de la Serna
A raíz de la negativa de la Corte
Suprema de Justica del Imperio a tratar un tema que afecta profundamente los
derechos, la vida y el futuro de una Nación soberana, dejando todo en manos (o
garras) de un juez de evidente parcialidad, se me ocurren unas pocas palabras
continuando la declaración que hicimos pública el grupo de curas en Opción por
los Pobres:
+ Es grave, muy grave, el
silencio episcopal. Y parece que no se ha aprendido de los “hermanos mayores”
cuando callaron ante el genocidio, las desapariciones forzadas, la entrega de
niños y toda la barbarie de la dictadura cívico-militar. Nadie les pide –no nosotros
al menos- una palabra de apoyo al gobierno nacional (aunque tampoco a otros
modelos más perversos y no menos genocidas, por cierto), pero no pesar aquellas
circunstancias que tienen tanta trascendencia y actuar y hablar en
consecuencia, parece bastante grave. Podríamos hacer una lista, y no sería
breve, de aquellas cosas en los tiempos recientes ante las que el Episcopado argentino
solo calló. Y la repercusión que eso tuvo para la sociedad en general. Y esto,
en este caso, contrasta además con las palabras claras del Papa, surgido de su
mismo seno. O con voces rimbombantes y hasta apocalípticas ante otros momentos
ciertamente menos graves y trascendentes de la historia.
+ Es interesante, en otro juego
de memoria, ver quienes decían ayer que sí o sí había que pagar para que
regresara “sana y salva” la Fragata Libertad, y notar la identidad de quienes
hoy dicen que hay que pagar ya según lo que “san Griesa” ha decidido, sin
pelear, negociar, confrontar. Esa vocación de pagadores infames que muestran
algunos que pretenden gobernar la Argentina el año que viene no debería ser
pasada por alto. Lo mismo que aquellos medios o periodistas que dan voz,
micrófono o espacio nada menos que a los responsables directos de que las cosas
sean como son. El Gobierno actual no pidió ni una sola deuda, negoció los pagos
de la manera menos perjudicial posible, y ahora resulta que Cavallo, Broda,
Liendo, son voces que merecen ser escuchadas, y Macri, Massa, Carrió y otros
que pretenden ser gobierno “explican” qué se debe hacer, y cómo, algo que no
por casualidad es exactamente lo mismo que los “buitres” reclaman. Al menos
sirve para saber –si ya no lo sabíamos- qué podemos esperar de ciertos
personajes si -¡Dios, y el pueblo, no lo permitan!- fueran gobierno.
Las crisis sirven, aunque sean
dolorosas, para recuperar o para profundizar la identidad, para saber quiénes
somos y quienes no queremos ser. Ojalá aprendamos de ellas.
Foto tomada de elconquistador.org
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