Hubo Evo… hubo Ivo
Eduardo de la Serna
Las noticias que nos llegan desde
la querida hermana Republica plurinacional de Bolivia son fascinantes. Hoy ya
apareció Openheimer, siempre representante de aquello que aborrezco, hablando
del fraude que se viene. Obviamente no puede decir otra cosa… “Algo” debe haber
pasado con el rico y empobrecido pueblo para que todos los datos anuncien que
las próximas elecciones tengan el resultado “casi cantado”. Algo en caminos, algo en educación, algo en favor de
los pobres, indígenas, campesinos… Curiosamente después de la debacle de haber
tenido un presidente que casi no hablaba castellano, pero no por hablar aymara,
que bueno sería en ese caso, sino por haber vivido, y estar ahora allí asilado
(= prófugo), en el “país del norte”, que lo prohijó, apoyó y alentó (por los
favores previamente recibidos, obviamente). Pero la cosa es que parece que Evo –
ese mismo al que los civilizados del otro norte le detuvieron el avión y no
dejaron circular libremente – cuenta con el apoyo popular que le permitirá
ganar fácilmente las próximas elecciones. Algo que da aire en la América Latina
contemporánea donde hay cosas que “huelen
feo”: desde la salida de Lugo, los empates técnicos que se vislumbran (por
ahora) entre Marina y Dilma y entre Tabaré y Lacalle, y la presencia fuerte de
especímenes de la derecha en Argentina (Scioli, Massa, Macri). No es ajeno a
esto la fuerte ofensiva de los amigos yanquis boicoteando el Mercosur (basta
ver las declaraciones de Marina), la Alianza del Pacífico, la presión contra
Venezuela, la ofensiva buitre y tantas otras cosas por el estilo como para
celebrar la resistencia de Evo. Los pobres – en algunas partes – siguen teniendo
su voz escuchada y sus necesidades en vías de satisfacción. Celebremos.
Y por otra parte, nos llegan
otras noticias. Debo confesar que coincido con Ivo Cutzarida de que hay gente
armada que por algo de plata es capaz de matar sin mirar a quien, y que debería
estar detenida… Imagino que se referirá a Bush, o a Obama, por ejemplo. Es más,
él mismo es ejemplo vivo de aquello que predica gatillando dedos y cortando
bochas. Un actorcito al que nadie recuerda, volviendo de los EEUU, donde ha de
haber aprendido, está por estrenar una obra y necesita publicidad para que
vayan a verlo (y ganar plata, claro) y si hay que matar, al menos
mediáticamente, hay que hacerlo; “por la
plata baila el mono” (gorila, en este caso). Claro que siempre está el dato
curioso: así como Berni pareció referirse a peruanos y bolivianos al aludir a
los extranjeros que deben ser expulsados, y no a los italianos, como Rattazzi,
Rocca, Macri o al presidente de Shell, o al agregado de negocios de “LA EMBAJADA”…
porque pareciera que aquellos son delincuentes, estos son amigos, la cosa es
que ahora, pareciera que a los que hay que matar, porque andan armados (¿cómo
se los mataría sin andar armados, a su vez?) son a los pobres que roban, pero
jamás a los “señores” que roban. A los que robaron Papel Prensa, y mataron para
ello, ¿también, Ivo?; a los que trafican con la vida y las esperanzas y viven
por esa zona donde caen avionetas, ¿también?; ¿a los dictadores y sus cómplices
civiles? Pregunto, porque si hubiera que matar también a ellos, ¿a qué canal de
TV irías? De igualdad, educación, justicia no se habla ¿no? Vomitemos.
Dibujo tomado de www.imagenesbonitas.name
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