¡Un milagro, una fiesta!
Eduardo de la Serna
Unos ojos quizá un poco humedecidos,
la sonrisa que se esboza, y se desata,
las palabras compartidas. Y la vida.
Un pedazo de uno mismo en cada casa.
Un alma que se abre toda. Y se revela,
una casa sin puertas, sin ventanas:
siempre abierta, con la mesa ya servida,
que invita a compartir buenas y malas.
Y el silencio compartido se fecunda,
con manos, corazones y miradas,
con un mate que va de mano en mano,
a veces rellenado de palabras.
Con lo viejo y con lo nuevo que nos
viene,
con los vivos, y los muertos por las
balas,
con el mate que se enfría en una esquina,
y la fiesta compartida en otra cara.
Un corazón, que se abre al infinito,
donde caben los tesoros que regala
aquel Amigo que nos dio toda su vida,
una cruz, una noche, una mañana...
Y es la Cruz, y la vida que resurge
la que enseña cómo amar con esperanza,
el milagro del amigo que sonríe,
la mano que se tiende y nos da calma.
Es la paz, un oasis, una tregua,
una isla, una brisa que relaja,
lo gratuito de una fiesta compartida,
la amistad, es la vida que descansa.
A mis amigos (y a los que no están)
Eduardo de la Serna
Hermoso!, muy bonito de verdad...
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