lunes, 4 de marzo de 2013

Carta abierta a Polti y Torrado


Carta abierta a Polti y Torrado

Secretariado curas opción por los pobres
Roberto y yo (julio 2011)
Francisco Polti, ordinario de Santiago del Estero y Ariel Torrado, Obispo Auxiliar

Señores: 

Creemos que se terminó la hora de la diplomacia epistolar. Estamos dolidos y con profunda amargura. No vamos a dirigirnos a ustedes con el habitual "estimado" o "de nuestra consideración", porque sería una falsedad. No nos inspira ninguna estima ni consideración la gente que se esconde o es cobarde.  
El paso de ustedes por la diócesis que enaltecieran con su ministerio los obispos Sueldo y Maccarone, estará caracterizado por la insignificancia. Cuando -dentro de muy poco, afortunadamente- deban ustedes renunciar a la diócesis, sólo el pequeño grupo de los poderosos de la Provincia lamentará su ausencia. Los pobres, los campesinos e indígenas dueños de esas tierras  celebrarán su renuncia. La cizaña puesta por ustedes en medio del trigo sembrado por los pasados obispos será oportunamente quemada, para dar paso al trigo del pan y de la fiesta.
Ustedes no supieron ni quisieron saber qué pensaban las comunidades acerca del ministerio de Roberto Murall en la diócesis; no supieron ni quisieron saber qué hacía o dejaba de hacer él como pastor, porque nunca hicieron una visita pastoral; no supieron ni quisieron saber si desempeñaba un ministerio fraterno y evangélico. Sólo supieron y quisieron saber que Roberto, con el resto del Secretariado del Grupo de Curas en Opción por los Pobres, manifestó públicamente su rechazo al accionar de la Jerarquía en tiempos de la dictadura genocida; su repudio de que el degradado ex-general Videla reciba la comunión a pesar de haber confesado (sin arrepentimiento público alguno) que fue responsable de crímenes de lesa humanidad: asesinatos, desapariciones, torturas, apropiación de niños, robo de bienes, violación de mujeres. Eso sí les afectó, el resto son excusas. Lo de ustedes sí se llama “defender a los amigos” ¿no? Lástima quienes son esos amigos. Pero seguimos sin entender entonces por qué no tienen el coraje de decir públicamente que avalan lo hecho por la última dictadura militar.
Seguramente no lo saben, pero un pesebre se parece bastante poco a un hotel 5 estrellas en las Termas, y la cruz -crimen con que el Imperio ejecutaba a los que tenían por no-humanos- es muy diferente a las cenas a la sombra del poder político, económico y mediático. Es llamativo el proceder que han tenido, incomprensiblemente lejano al obrar de Dios (“Opus Dei”) y de Jesucristo. 
Lo citan a Roberto un 28 de diciembre, para que el fin de semana, el Año Nuevo y las vacaciones de enero neutralicen cualquier tipo de reacción. Redactan una declaración pública que es falsa, que no dice la verdad de lo sucedido en ese encuentro. Porque en la entrevista personal el ordinario le recriminó a Roberto haber firmado nuestra declaración pública sobre la complicidad episcopal durante la última dictadura militar, algo cada vez más probado por los juicios en curso; y para ofender más aún a las víctimas de nuestra historia, mezclan esta razón tan grave con otros pretextos que a nadie interesan como escandalizarse por la confesión a niños en pequeños grupos, dar la comunión en la mano, o recibir en la comunión a personas que vaya a saber cómo (ustedes) saben que no están casadas por iglesia. Parece que para ustedes escandaliza más que se le dé la comunión en la mano a un campesino, o a matrimonios sin pedirles libreta matrimonial que dar la comunión a un genocida confeso. Y ahora, mintiendo, y aprovechando la privacidad de la reunión, dicen que nada de eso fue dicho. Usted, señor Polti, es ordinario de Santiago gracias a que, unos años antes, un acto privado fue filmado por sus amigos en el poder. Suponiendo que después usted mentiría ¿no sería razonable que esa reunión con Roberto fuera grabada (con un celular, por ejemplo)?  
Se escuda en el Código de Derecho Canónico porque no puede recurrir al Evangelio. ¡Qué vergüenza! Les hizo bromas de mal gusto y despreció a los campesinos de Pozo Hondo que viajaron más de 100 km en un colectivo incómodo hasta la Curia para pedirle la continuidad de su cura, y evadió todo tema sobre la continuidad de Roberto; ¿por qué no tuvo la valentía de decirles que no iba a seguir? ¡Otra reunión privada que cualquiera con otro celular podría haber grabado! ¿No? Se escudó en la ausencia de su auxiliar Torrado -el telefonista- para supuestamente no expresar una decisión que ya estaba tomada. Luego manda a su auxiliar a hablar con el Obispo de San Isidro para que presione a Roberto a que se vaya. ¿Ni siquiera en eso pudo dar la cara? Noble tarea la de su auxiliar, ¿no? ¡Ese sí es un ministerio pastoral! ¿No es capaz de llamarlo usted mismo a Roberto por teléfono para pedirle que por favor se vaya de Santiago como haría cualquier persona educada? Por no pedirle actitudes cristianas, que sería excesivo. Suponemos que sabe usar un teléfono. 
Ambos monseñores tienen suerte de no tener ningún contacto con la realidad, ni con la gente sencilla, porque no podrían creer cómo se llama en los barrios o en el campo a una actitud como esa que ustedes tienen. Hasta se escandalizarían, suponemos. Se escandalizarían, como nos escandalizamos nosotros con tantas actitudes contrarias al Evangelio. Puede ser que actúen “conforme a derecho”, es propio de los temerosos e inseguros andar con el Código de derecho en la mano para tener excusas o justificativos, o para obrar bajo cobertura. Pero el Evangelio invita a otro proceder. Claro, para actuar de ese modo (otra vez, “el obrar de Dios”, Opus Dei, ¿no?) tendrían que haberse atrevido a ser hermanos antes que patrones, a ser cercanos en lugar de príncipes, a ser simplemente cristianos. Pero visto el proceder de ustedes, evidentemente estamos pidiendo demasiado. Les sugerimos que miren uno a uno los pasos que ustedes dieron o dejaron de dar, todos se parecen mucho a la cobardía. Ninguno se parece al Evangelio. ¿No les suena patético lamentarse después, que haya gente que deje la iglesia y encima le echen la culpa al relativismo, el secularismo o al mismísimo demonio...?  
Otro detalle que el corazón no nos deja pasar por alto es la actitud del resto de los Obispos argentinos. ¿Cómo debemos entender su silencio? ¿De modo cómplice, corporativo o temeroso? Sabemos que algunos (¿pocos?) están en desacuerdo con lo actuado por los in-obispos de Santiago, ¿por qué no lo dicen? La última de nuestras cartas fue acompañada por el aval de más de 1000 personas y grupos (de varios lugares, incluso de otras partes del mundo) que sintieron lo mismo que nosotros, y les enviamos copia a todos los obispos de nuestro país; sabemos que, al menos algunos, las han recibido. No entendemos tantas exhortaciones al diálogo si luego no están dispuestos a comprometerse con todo lo que significa escuchar, disentir, aceptar, expresar. Y para no caer en la misma actitud antievangélica de ustedes en Santiago les recordamos (e informamos a los lectores de esta carta abierta) que desde diciembre,  Eduardo de la Serna (coordinador de los Curas en opción por los pobres) le escribió a título personal ¡4 cartas!, y no recibió ni siquiera un “¡gracias por su escrito! Atte.” Es decir, intentamos proceder conforme a lo que nos invita a hacer un tal Jesús de Nazaret, que no compró títulos nobiliarios ni se rodeó de los poderosos de su provincia (¿recuerdan que a Herodes lo llamó “zorro”?) sino que era amigo de los campesinos y cercano de los pecadores ¡y hasta comía con ellos! A propósito ¿cuánto hace que no van a tomar mate a un rancho?  
Si querían dividir a la Iglesia de Santiago, generar broncas y tensiones entre el presbiterio que nunca recibió una explicación, sembrar de desilusiones el corazón de la gente de Pozo Hondo, desalentar la lucha de los campesinos, complicarle la vida a un cura que pasó 14 años buscando hacerle el bien a la gente y acompañando sus luchas por el derecho a la tierra, ¡felicitaciones! Fueron muy eficientes. 
El Evangelio y los pobres seguirán esperando que en Santiago vuelva a haber un Obispo. Ya imaginamos a alguien digno en la diócesis que al entrar en el salón en la planta baja del obispado de Santiago y ver los cuadros suyos junto a los de pastores y hermanos como Girao, Sueldo o Maccarone sentirá vergüenza histórica, y movido por amor a la verdad que nos hace libres, exigirá bajarlos de allí. Ya hemos visto ese gesto en nuestro país ¡y cuánto bien que nos ha hecho!

3 de Marzo 2013
Secretariado de Curas en Opción por los pobres
Pbros. Marcelo Ciaramella, Eduardo de la Serna, Juan Carlos Baigorri, Roberto Murall

No hay comentarios:

Publicar un comentario