Carta abierta a Polti y Torrado
Secretariado curas opción por los pobres
Francisco Polti, ordinario de Santiago del Estero y Ariel Torrado,
Obispo Auxiliar
Señores:
Creemos que se terminó la
hora de la diplomacia epistolar. Estamos dolidos y con profunda
amargura. No vamos a dirigirnos a ustedes con el habitual
"estimado" o "de nuestra consideración", porque sería una
falsedad. No nos inspira ninguna estima ni consideración la gente que
se esconde o es cobarde.
El paso de ustedes por la
diócesis que enaltecieran con su ministerio los obispos Sueldo y Maccarone,
estará caracterizado por la insignificancia. Cuando -dentro de muy poco,
afortunadamente- deban ustedes renunciar a la diócesis, sólo el pequeño grupo
de los poderosos de la Provincia lamentará su ausencia. Los pobres, los
campesinos e indígenas dueños de esas
tierras celebrarán su renuncia. La cizaña puesta por ustedes en
medio del trigo sembrado por los pasados obispos será oportunamente quemada,
para dar paso al trigo del pan y de la fiesta.
Ustedes no supieron ni
quisieron saber qué pensaban las comunidades acerca del ministerio de Roberto
Murall en la diócesis; no supieron ni quisieron saber qué hacía o dejaba de
hacer él como pastor, porque nunca hicieron una visita pastoral; no
supieron ni quisieron saber si desempeñaba un ministerio fraterno y evangélico.
Sólo supieron y quisieron saber que Roberto, con el resto del Secretariado del
Grupo de Curas en Opción por los Pobres, manifestó públicamente su rechazo
al accionar de la Jerarquía en tiempos de la dictadura
genocida; su repudio de que el degradado ex-general Videla reciba la
comunión a pesar de haber confesado (sin arrepentimiento público alguno) que
fue responsable de crímenes de lesa humanidad: asesinatos, desapariciones,
torturas, apropiación de niños, robo de bienes, violación de mujeres. Eso sí
les afectó, el resto son excusas. Lo de ustedes sí se llama “defender a
los amigos” ¿no? Lástima quienes son
esos amigos. Pero seguimos sin entender entonces por qué no tienen el
coraje de decir públicamente que avalan lo hecho por la última dictadura
militar.
Seguramente no lo saben,
pero un pesebre se parece bastante poco a un hotel 5 estrellas en las Termas, y
la cruz -crimen con que el Imperio ejecutaba a los que tenían por no-humanos-
es muy diferente a las cenas a la sombra del poder político, económico y
mediático. Es llamativo el proceder que han tenido, incomprensiblemente
lejano al obrar de Dios (“Opus Dei”) y de Jesucristo.
Lo citan a Roberto un 28 de
diciembre, para que el fin de semana, el Año Nuevo y las vacaciones
de enero neutralicen cualquier tipo de reacción. Redactan una declaración
pública que es falsa, que no dice la verdad de lo sucedido en ese encuentro.
Porque en la entrevista personal el ordinario le recriminó a Roberto
haber firmado nuestra declaración pública sobre la complicidad episcopal
durante la última dictadura militar, algo cada vez más probado por los juicios
en curso; y para ofender más aún a las víctimas de nuestra historia,
mezclan esta razón tan grave con otros pretextos que a nadie
interesan como escandalizarse por la confesión a niños en pequeños
grupos, dar la comunión en la mano, o recibir en la comunión a personas que
vaya a saber cómo (ustedes) saben que no están casadas por iglesia. Parece
que para ustedes escandaliza más que se le dé la comunión en la mano a un
campesino, o a matrimonios sin pedirles libreta matrimonial que dar la comunión
a un genocida confeso. Y ahora, mintiendo, y aprovechando la privacidad de
la reunión, dicen que nada de eso fue dicho. Usted, señor Polti,
es ordinario de Santiago gracias
a que, unos años antes, un acto
privado fue filmado por sus amigos en el poder. Suponiendo que después usted
mentiría ¿no sería razonable que esa
reunión con Roberto fuera
grabada (con un celular, por ejemplo)?
Se escuda en el Código de
Derecho Canónico porque no puede recurrir al Evangelio. ¡Qué vergüenza! Les
hizo bromas de mal gusto y despreció a los campesinos de Pozo Hondo que viajaron
más de 100 km en un colectivo incómodo hasta la Curia para pedirle la
continuidad de su cura, y evadió todo tema sobre la continuidad de Roberto;
¿por qué no tuvo la valentía de decirles que no iba a seguir? ¡Otra
reunión privada que cualquiera con otro celular podría haber grabado! ¿No? Se
escudó en la ausencia de su auxiliar Torrado -el telefonista- para
supuestamente no expresar una decisión que ya estaba tomada. Luego manda a
su auxiliar a hablar con el Obispo de San Isidro para que presione a Roberto a
que se vaya. ¿Ni siquiera en eso pudo dar la cara? Noble tarea la de su
auxiliar, ¿no? ¡Ese sí es un ministerio pastoral! ¿No es capaz de
llamarlo usted mismo a Roberto por teléfono para pedirle que por
favor se vaya de Santiago como haría cualquier persona educada? Por no
pedirle actitudes cristianas, que sería excesivo. Suponemos que sabe usar un
teléfono.
Ambos monseñores tienen
suerte de no tener ningún contacto con la realidad, ni con la gente sencilla,
porque no podrían creer cómo se llama en los barrios o en el campo a una
actitud como esa que ustedes tienen. Hasta se escandalizarían, suponemos.
Se escandalizarían, como nos escandalizamos nosotros con tantas actitudes
contrarias al Evangelio. Puede ser que actúen “conforme a derecho”, es propio
de los temerosos e inseguros andar con el Código de derecho en la
mano para tener excusas o justificativos, o para obrar bajo cobertura. Pero
el Evangelio invita a otro proceder. Claro, para actuar de ese modo (otra
vez, “el obrar de Dios”, Opus Dei, ¿no?) tendrían que haberse atrevido a ser
hermanos antes que patrones, a ser cercanos en lugar de príncipes, a ser
simplemente cristianos. Pero visto el proceder de ustedes, evidentemente
estamos pidiendo demasiado. Les sugerimos que miren uno a uno los pasos que
ustedes dieron o dejaron de dar, todos se parecen mucho a la
cobardía. Ninguno se parece al Evangelio. ¿No les suena patético
lamentarse después, que haya gente que deje la iglesia y encima le echen
la culpa al relativismo, el secularismo o al mismísimo demonio...?
Otro detalle que el corazón
no nos deja pasar por alto es la actitud del resto de los Obispos
argentinos. ¿Cómo debemos entender su silencio? ¿De modo cómplice,
corporativo o temeroso? Sabemos que algunos (¿pocos?) están en
desacuerdo con lo actuado por los in-obispos de Santiago, ¿por qué no lo
dicen? La última de nuestras cartas fue acompañada por el aval de más de
1000 personas y grupos (de varios lugares, incluso de otras partes del mundo)
que sintieron lo mismo que nosotros, y les enviamos copia a todos los obispos
de nuestro país; sabemos que, al menos algunos, las han recibido. No
entendemos tantas exhortaciones al diálogo si luego no están dispuestos a
comprometerse con todo lo que significa escuchar, disentir, aceptar, expresar. Y
para no caer en la misma actitud antievangélica de ustedes en Santiago les
recordamos (e informamos a los lectores de esta carta abierta) que desde
diciembre, Eduardo de la Serna (coordinador de los Curas en opción por
los pobres) le escribió a título personal ¡4 cartas!, y no recibió ni siquiera
un “¡gracias por su escrito! Atte.” Es decir, intentamos proceder conforme a lo
que nos invita a hacer un tal Jesús de Nazaret, que no compró títulos
nobiliarios ni se rodeó de los poderosos de su provincia (¿recuerdan que a
Herodes lo llamó “zorro”?) sino que era amigo de los campesinos y cercano de
los pecadores ¡y hasta comía con ellos! A propósito ¿cuánto hace que no van a
tomar mate a un rancho?
Si querían dividir a la
Iglesia de Santiago, generar broncas y tensiones entre el presbiterio que nunca
recibió una explicación, sembrar de desilusiones el corazón de la gente de Pozo
Hondo, desalentar la lucha de los campesinos, complicarle la vida a un cura que
pasó 14 años buscando hacerle el bien a la gente y acompañando sus luchas por
el derecho a la tierra, ¡felicitaciones! Fueron muy eficientes.
El Evangelio y los pobres
seguirán esperando que en Santiago vuelva a haber un Obispo. Ya imaginamos
a alguien digno en la diócesis que al entrar en el salón en la planta baja del
obispado de Santiago y ver los cuadros suyos junto a los de pastores y hermanos
como Girao, Sueldo o Maccarone sentirá vergüenza histórica, y movido por amor a
la verdad que nos hace libres, exigirá bajarlos de allí. Ya hemos visto ese
gesto en nuestro país ¡y cuánto bien que nos ha hecho!
3 de Marzo 2013
Secretariado de Curas en
Opción por los pobres
Pbros. Marcelo Ciaramella,
Eduardo de la Serna, Juan Carlos Baigorri, Roberto Murall
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