domingo, 21 de abril de 2013

A mi hermano Francisco

A mi hermano Francisco


 Eduardo de la Serna




"¡Santa Pobreza! ¡Qué divertido, una santa que no irá al cielo!" (Santa Teresita, UC 9.7.7)

En la ofrenda sencilla de la vida,
una mano se extiende generosa
juzgada en el amor, da con ternura,
olvidando la espina, ve la rosa.

Descubre que en el dar está la vida,
la vida en el amar en cada cosa;
descubre libertad sin tener nada,
sólo una cruz, palabra silenciosa.
 
Con nueva libertad,... ¡la verdadera!
la del hombre que vuela a las alturas,
sin que nada lo ate, ¡hombre libre!
destruye de raíz las ataduras.

Libre y pobre, feliz, reconciliado;
sos puerta que no tiene cerraduras.
Hermano de la paz y de la vida,
hermano universal de las creaturas.
 
Te pusiste a los pies del crucifijo,
ofreciéndole tu nada al que es tu Amado,
escuchaste su palabra que te invita,
te llama a lo que aún no has terminado.

Le entregaste tu vida y tu camino,
incluso aquel que habías caminado;
te entregaste en amor hasta el extremo,
terminaste como él: ¡crucificado!
 
Enseñanos a leer el Evangelio,
dónde está la verdad de la alegría;
adónde va un camino sin alforjas,
dónde lleva la noche, sino al día.

Seguir fiel a Jesús fue tu camino,
restaurar una Iglesia destruida;
estar cerca del que sufre: ¡es tu hermano!,
¡y la pobreza es hermana de la vida!
 
foto tomada de ensayosdeunainutil.blogspot.com

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