miércoles, 15 de mayo de 2013

Corrupción


Corrupción

Eduardo de la Serna
Algo que se corrompe es algo que se va pudriendo, descomponiendo.  Es algo que cambia su identidad por otra. En el mundo bíblico esto es expresado por la levadura. Esta “corrompe toda la masa” y por ello la masa pasa a una nueva dimensión, pan. Este tema es central en la liturgia de la pascua judía para la cual los panes sin levadura (àzimos, matzot) son expresión de la vida nueva que comienza luego de haber purificado toda la casa. San Pablo les dirá a los cristianos de Corinto que han de purificarse de toda levadura ya que son ázimos, y Jesús diciendo que han de estar atentos frente a la levadura de los adversarios.  En este sentido es chocante y desafiante que Jesús diga que “el reino de Dios se parece a un poco de levadura” que sonaría a nuestros oídos como diciendo que “el reino de Dios se parece a una manzana podrida en medio de un cajón”.  La atención a la corrupción, a la luz de la liturgia pascual, tiene unas connotaciones que no tiene a la luz de otras circunstancias, como es el caso del pan para la fiesta (por la cantidad de “medidas” a esto parece referirse Jesús en la parábola citada). La pregunta es qué es lo que se corrompe, por qué se corrompe, cómo, etc.
Una bacteria corrompe la leche y deviene yogurt, que ya no es “leche” lo cual no significa que sea “malo”. Hay muchas palabras que se las presenta como negativas y –debemos decirlo- no lo son necesariamente (ver, por ejemplo, lo que dice cualquier buen diccionario sobre el término ‘discriminar’). Valga esto al menos para precisar el término.
Aclarado esto, señalemos que cada tanto la palabra “corrupción” se pone de moda. Y muchas veces todo queda en la nada. A veces porque la denuncia fue la nada misma, otras por insuficiencia o pobreza de información y otras porque la corrupción es más amplia y extensa de lo que aparece. Siendo los seres humanos amantes de las conspiraciones, siempre es más fácil y atractiva (o masoquista) la sospecha o la duda que la afirmación o negación con datos y elementos más o menos serios. La calumnia, por ejemplo, es un buen indicio de esto. Creerle a alguien las denuncias de corrupción, o que sean muchos los que crean, no es indicio de que tal hecho haya ocurrido; del mismo modo que no creer tampoco indica lo contrario. Ahora bien, cuando entramos en el terreno delictivo, y peor aun cuando esto ocurre en el ambiente público el hecho adquiere una gravedad que debe ser valorada. Pero  a su vez es difícil no tener en cuenta (y es sensato considerarlo) que en Argentina estamos en un año electoral, que la oposición no brilla ni por su ausencia, los intentos desesperados de algunos por unificarla rebotan continuamente como globos que son, las propuestas no aparecen y las encuestas no muestran que el gobierno caiga en las intenciones de voto. Es así que los Medios de Comunicación, encabezando la campaña “desgastemos al enemigo, corrompamos sus cimientos” deben hacer pública su posición, por cierto nada “independiente”, y quemar los últimos cartuchos de credibilidad. Al fin y al cabo de credibilidad se trata al hablar de “denuncias”. Quizás por eso no importa que el tema sea llevado ante la justicia (que debería ser lo único que cuenta y lo único serio ante casos reales o probables de corrupción), lo que importa es mantenerlo en el candelero, lo que cuenta es el raiting. Dicen –por ejemplo- que muchísima gente que no veía a Tinelli en su programa, lo veía de otro modo en los programas de la tarde por la repetición hasta el hartazgo de los escándalos, las lolas que se escaparon o las lágrimas de ternura que se derramaron porque fueron negociadas; hoy se repite una y otra vez y hasta se dice que se espera una respuesta oficial (lo que implicaría darle entidad), una y otra vez. Hasta el hartazgo. Pero lo que importa es el show, el raiting, estar día tras día “corrompiendo” la credibilidad de un gobierno que no debería existir porque me molesta, o molesta mis intereses.
¿Qué la corrupción existe? ¡No tengo dudas! Y existe –seguramente- en ámbitos públicos y privados. Y es corrupción tanto el dinero mal habido como la justicia que no investiga (pero lo es, tanto la que no investiga la posibilidad de corrupción de un gobierno como la que no investiga la posibilidad de blanqueo de dinero de empresarios), es corrupción que un pequeño grupo de poderosos corrompa la justicia y las leyes impidiendo que se pongan definitivamente en vigor leyes de la democracia, y es corrupción comprar mentes o manipular conciencias con mentiras repetidas. Hasta el hartazgo. En lo personal no le creo nada a Lanata. Pero ¡nada! (desde que se fue de día D porque la provincia de Santa Cruz dejó de financiarlo, pasando por su alianza con Mata y los periodistas que no pudieron preguntar porque quedaron en la calle, y desde que fue a “la Embajada” a pedir ayuda, como lo revelan los cables de Wikileaks. ¡Nada!). Si la justicia avanza empezaré a tener en cuenta algunos elementos, porque le creo más a la justicia que a los Medios (y sobre todo a “esos” medios). Pero como de credibilidad –y show- se trata, ya empiezan a decir que la justicia no es independiente porque no diría lo que ellos quieren que diga. Si eso no es “corrupción”, ¿la corrupción dónde está?
Dibujo tomado de http://memoriasdeorfeo.lamula.pe

1 comentario:

  1. Eduardo:
    Concuerdo con tu reflexion, las distintas maneras de corromper, en todo ambito.
    Pero dicho esto yo creo lo siguiente: Asi como la violencia y el terrorismo, la corrupcion tambien es "peor" cuando se ejerce desde el poder del estado.
    Y segundo, mas alla de los interlocutores de turno, le haria bien al mismo colectivo que se identifica con el modelo actual, tratar de limpiar sus suciedades, sin todo el tiempo señalar a A, B o C que hacen lo mismo. Si M que es un tranfuga lo denuncia, no necesariamente es mentira. Poray encuentra una suciedad real y aprovecha (con interes de hacer daño, eso esta claro) a denunciarla.
    A mi me parece que no querer ver la corrupcion obvia de casi todos los ministros actuales, y de los lideres del modelo, Nestor y Cristina, es como no querer aceptar que llueve porque "estoy abajo del alero".
    Gente que toda su vida ejercio funcion publica, y que por sus mismas declaraciones juradas se enriquecen año a año escandalosamente, me parece grave, mas alla de que lo diga Barreda, el gordo Valor o el Petiso Orejudo. Pero por lo visto, en estos casos te ocupas de los interlocutores que del tema. Te importa mas descalificar (con razon, capaz) al que lo dice, sin analizar ni un segundo la corrpucion real, impune y a la vista de todos. O sino como se explica tal riqueza.
    A mi me indigna que se defienda tanto y a toda costa esto. Tengo claro y veo las cosas que hace bien este gobierno. Pero esto no lo acepto, aunque lo denuncie Lanata o Majul! Aunque la opocicion juegue al truco, y de Narvaez se haga el langa (cuando seguramente sea mas corrupto que todos). Aunque Macri aproveche cada vez que le ponen un microfono, para desviar y aprovechar a juntar votos, subiendose al caballo de esas denuncias que una vez hizo un showman egocentrico. No me importa que todos estos lo digan, somos dirigidos por un gobierno que se enriquecio en funcion publica asquerosamente.
    Saludos

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