La agenda mediática
Eduardo de la Serna
Un tema que desde hace tiempo me
resulta evidente (a mí y a varios curas amigos y conocidos) es que cuando
hablan acerca de la Iglesia y el “mundo” (no me refiero tanto a lo que la
Iglesia es para sí misma, que es otro tema que también merece muchas reflexiones)
los periodistas formulan preguntas que consideran sustanciales, y yo me
pregunto cuánto de sustanciales son. O –para ser más precisos- por qué son
siempre las mismas y no aparecen otras que muchos consideramos mucho más
importantes. Preguntas sobre el aborto, los divorciados, homosexuales, el sacerdocio
femenino, la anticoncepción suelen ser “las preguntas” y son las noticias que
saldrán en los diarios y TV según sean las respuestas.
Imagino que la Jornada Mundial de
la Juventud (JMJ) ha de haber sido preparada en su estructura y organización
por la Arquidiócesis de Rio, y muchas de las cosas de su estructura y modo de concreción
se han de haber debido a ella (por ejemplo que varias catequesis estuvieran a
cargo de cardenales latinoamericanos, como Cipriani –Opus Dei- de Lima), y fue
esa diócesis la que en el “kit del peregrino” repartía un digesto indigesto
sobre “moral sexual”. Es sabida la tendencia ideológica del Cardenal de Rio, e
imagino que varias de esas cosas organizativas han de deberse a su “mano”. Recuerdo
–y sirva como ejemplo- un verano cuando estuve en Rio y pude ver la fiesta
impresionante del Carnaval; ver millones (y es real, ¡eran millones!) de
personas en las calles celebrando y festejando. Terminado el martes el carnaval,
el miércoles de cenizas fui a la Catedral –entre paréntesis, me pareció muy
fea- presidía el cardenal. Había 25 personas (de nuevo, es literal, eran 25) y
en la homilía el Cardenal hablaba pestes de las celebraciones del Carnaval. Me
resultó patético. Señalo esto, porque me resultó un agradable contraste ver ese
digesto de moral sexual que repartían a los peregrinos con el hecho de que el
Papa no dijera ni una sola palabra de estos temas en toda la JMJ. Pero –y aquí
el punto- fue sobre eso que le preguntaron los periodistas en el avión. Esos
eran los temas que a ellos les interesaban. A eso se agregan los temas del
Banco Vaticano, pederastia y demás. Pero “esos temas” no podían dejar de estar
presentes.
¿No hay “otros” temas para ver y
preguntar? (e insisto, mirando los temas Iglesia y mundo, y no los intra-eclesiales
que también son importantes en la Iglesia). Pero como pasa siempre con los
Medios de Comunicación, esas preguntas recurrentes terminan marcando agenda, y
eso vuelve y vuelve. ¿No hay temas más propios del Tercer Mundo como para
preguntar? 5.000.000 de muertos en el Congo por el coltán, ¿no importan?
5.200.000 desplazados en Colombia por la violencia, ¿tampoco? Las guerras y los
niños soldados. El auge de la droga. Los tráficos ilegales desde armas a
personas, fauna y órganos. Las modernas
formas de esclavitud. El rol del FMI, el Banco Mundial. El trabajo infantil.
El extractivismo. El espionaje global. Las guerras encubiertas, y el
neoliberalismo… y los temas podrían seguir. Estos temas no aparecen en las
preguntas, casi como que no importan. Las preguntas que se hacen son las de
siempre, las de la agenda mediática.
Que no se me mal interprete,
celebro cada paso que se de en pro de los justos derechos de los que son
discriminados o rechazados, como mujeres, o gays (y lamento cuando no se dan
esos pasos, como quedó reflejado en algunas respuestas papales), lo que señalo
es que la agenda la marca un ambiente y una cultura, y el Tercer Mundo, los
pobres ¡no existen! Preocupa la discriminación de los gays, y es razonable que
preocupe. Pero ¿nadie habla de la discriminación de los negros? ¿Cuántos
obispos negros hubo en la JMJ?
Insisto en pedir que no se me
malinterprete:
Creo que en la Iglesia se
discrimina a los homosexuales, y más aún a las mujeres. Y celebro cada paso que
se da en el sentido de eliminar esas situaciones antievangélicas. Y contribuyo,
en la medida de mis posibilidades, a que eso ocurra. Pero celebro más aún
cuando veo mujeres que son las que “ponen el cuerpo” –o los pañuelos- a las dictaduras, las que sostienen las “ollas
populares”, las que visitan las casas como misioneras populares, las que animan
las comunidades, las que militan… las que luchan en ámbitos civiles,
eclesiales, educativos, políticos para que las cosas cambien. Aunque sean
censuradas o silenciadas en esos mismos ámbitos cuando “hacen lío”. Todos los
temas de la “agenda mediática” me interesan, y pongo el hombro cuando es el
caso en aquello que creo más justo y cristiano, pero quisiera que los
periodistas latinoamericanos, o del tercer mundo- sepan mirar los dolores más
profundos de sus pueblos, y que sea ese dolor el que le marque la agenda. Y las
preguntas.
Foto tomada de http://lacolumnaquinta.tumblr.com/
Eduardo,
ResponderEliminarNo puedo estar mas de acuerdo, siempre me parecio y me parece malo (mas ahora con el boom del papa argentino y que "conmueve al mundo porque tomo mate, porque saludo a un niño, etc).
Creo que si bien veo que sos critico con Francisco (tambien lo soy en algunos aspectos), debemos admitir que al lado de algunos obispos y cardenales, es de lo mejor que se puede encontrar. Veo una gran cintura(y esto creo que es algo bueno) en Francisco para responder temas de la mujer y los homoafectivos en la iglesia. Porque tampoco puede desintegrar la iglesia diciendo declaraciones en plena contradiccion con sus papas anteriores, pero si fue capaz de citar el catecismo en un aspecto positivo, en relacion a los homoafectivos (no me parece que fue en vano la seleccion)
Con respecto a las preguntas de los periodistas, como dije antes, conparto totalmente. Nada de la economia liberal, del dios dinero (del que hablo), de Africa, Siria, etc
Saludos cordiales
Ramon
Eso, Eduardo. Tampoco olvidar la discriminación de los negros.
ResponderEliminarAbrazo!
Horacio