domingo, 21 de julio de 2013

100 días de Francisco



Los (más de) 100 días de Francisco (*)

Eduardo de la Serna



Suele decirse que a un presidente electo le dan 100 días para que se acomode: la oposición no se opone demasiado y no se le ponen demasiadas trabas; después empieza el baile. Digamos que esto no siempre es así, no con la oposición argentina, y también que no hay oposición en la Iglesia; pero es bueno mirar los primeros 100 días del papado de Francisco.

Ya desde el final de Pablo 6º (¿1968?) la Iglesia empezó a vivir un fuerte invierno que se fue agudizando con los papas siguientes; mirando esto, es evidente que la elección de Francisco suscitó un cambio. Ironizando, suelo decir: “¡qué mal estábamos que resulta sorprendente que el Papa diga ‘buenas tardes’!” Resulta patético escuchar a algunos –como el predicador de la “Casa Pontificia”, que lo era ya desde Juan Pablo– hablar de “esperanza”. ¿Qué de negativo pasaba antes, que ahora se habla de “esperanza”? Él era voz vaticana, ¿no decía nada antes? La obsecuencia es habitual en ámbitos de poder. El periodista colombiano Daniel Samper, con su ironía habitual, dice que “si se trata de tener zapatos negros y pagar el hotel, debo decir que también yo tengo perfil papal”. Pero es indudable que ¡tan mal estábamos! que esos gestos son llamativos, ¡y agradables! Pero, ¿qué ocurrió en el Vaticano en estos 100 días?

Casi podríamos decir que por ahora ¡nada! Veamos: dos grandes problemas, la curia y el banco vaticano (IOR), todavía no han sido tocados. En estos casos el Papa convocó una comisión para analizar, proponer y –eventualmente– reformar. Un grupo de ocho cardenales de diferentes regiones del mundo se reunirán con Francisco del 1 al 3 de octubre por la reforma de la Curia. Se supone que ya están trabajando, pensando y elaborando propuestas, pero hasta esa fecha no se ha de esperar demasiado de esta necesaria y urgente reforma. El IOR requiere transparencia y por ahora se han aceptado renuncias, no se tapó la investigación sobre algún monseñor y el Estado Vaticano firmó acuerdos para una adecuación a los criterios de la Comunidad Europea. Un paso en el sentido correcto si es que el Vaticano tiene que tener un Banco. En lo personal no me parece sensato, y quizás tampoco evangélico, que el Vaticano tenga un Banco, y ni siquiera que sea un Estado.

Con respecto a los gravísimos casos de pederastia, el Papa Benito ya había dado buenos pasos que Francisco parece querer continuar. Es de esperar que ningún pederasta más sea escondido o disimulado dentro de las estructuras eclesiales. Quizás se podría dar todavía más pasos, pero la disposición a sancionar pederastas parece evidente.

Muchas otras cosas podrían señalarse de los 100 días, pero en lo personal quisiera señalar algunas: un buen número de frases agradables no configura necesariamente un proyecto eclesial. Algunas reformas necesarias –como la de la Curia– requieren tiempo, pero también es cierto que Perón decía que si querés que algo no avance, hay que crear una comisión. El tiempo dirá. Pero en lo fundamental, no me parece que el tema sea si se trata de un buen o mal Papa, porque los papas pasan, y el Papado queda. En lo personal creo que hay que reformar de raíz el papado mismo. Qué, cómo, para qué es el papado. Y en este sentido, seguimos esperando.



(*) publicada en el diario Tiempo Argentino el 21 de julio de 2013 (http://www.infonews.com/2013/07/21/mundo-87331-los-mas-de-100-dias-de-francisco.php)
Foto tomada de http://blogs.periodistadigital.com/patiosalesiano.php/2013/04/07/los-zapatos-del-papa.

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