miércoles, 26 de junio de 2013

Dejándole ser


Dejándole ser


Eduardo de la Serna




Dicen que es la ternura,
o alguna nota curiosa,
pero que ya no tiene barba,
que ya no mata, ni acosa.

Dicen que no es malhumorado,
que no es espina, y sí rosa,
que no marca autoritario
con cárcel, picanas o esposas.

Dicen que mira a los ojos,
y que nos besa su boca,
que ya no usa balanza
sino la rima o la prosa

para cantar a los suyos,
y que cuando bailan goza.
Dicen que lo vieron sonriendo
hasta por una flor hermosa,

y llorando cuando otros lloran,
compasión misericordiosa.
Dicen que no tiene nada
porque vació toda su bolsa

dándole todo a los suyos
en una fiesta ruidosa
pero también camina junto
a la marcha temblorosa.

Dicen que nunca entendió
esa sombra bochornosa
que lo mostraba enojado
con una venganza espantosa,

y que mandaba al infierno
a cualquiera por cualquier cosa.
Dicen que se conmueve,
con una mirada amorosa

y cambia fácil en el camino
sacando las piedras y rocas.
Dicen que se sacó la barba,
que su cara es negra y no rosa,

que habla en tzeltal y aymara
que canta, baila y trasnocha,
que toma mate en los ranchos
y que duerme en hamaca o en choza.

Dicen que nunca fue
como lo mostraron otrora
dicen que es Padre y que es Madre,
dicen que es Dios, también Diosa.


 foto de la Capilla de la Masacre de Acteal, México

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