sábado, 31 de agosto de 2013

Comentando el 26º Encuentro curasopp



Comentando el Encuentro (y algo más)


Eduardo de la Serna



Acabamos de terminar el 26º Encuentro nacional de Curas en la opción por los pobres, hemos hecho público nuestro mensaje a la sociedad y hemos vuelto a nuestras comunidades después de casi 4 días de encuentro. Después de esto, quisiera hacer algunas reflexiones que –espero- puedan servir.

El encuentro tiene habitualmente siempre el mismo esquema. Temprano por la tarde del lunes nos vamos encontrando, saludando, comentando y compartiendo. Después de eso, solemos hacer una mirada más o menos exhaustiva de la realidad (nacional, social, política, económica, eclesial…). Para eso, solemos invitar a alguien a que nos ayude a tener una visión amplia (caso contrario, nuestro riesgo obvio sería mirar desde nuestra perspectiva siempre local, por aquello del árbol y el bosque). Este año, nuestro compañero Marcelo Ciaramella –que desde hace años está trabajando temas sociales y está terminando su maestría después de su licenciatura-. La sensación general –creo interpretar- es que fue bueno, aunque nos quedamos con las ganas de profundizar más. Un tema de tiempo.

Los días martes y miércoles suelen ser los días en los que entramos en el tema que nos fijamos en el encuentro anterior. En este caso nos interesaba hablar sobre “la Iglesia de los pobres” e invitamos a Raúl Vera, obispo de Saltillo, México, y ex obispo coadjutor de Samuel Ruiz, en Chiapas. Lo que solemos hacer son dos charlas por día (mañana y tarde al empezar cada momento) y luego reuniones en grupos con las consignas que da el invitado. La mañana empieza con una oración, y antes de la cena terminamos con la Eucaristía. La parte celebrativa fue excelentemente bien preparada, muy profunda y ahondando en el tema del encuentro. Con cuadernitos de celebraciones y cancioneros –en mi opinión, y de muchos- excelentes; y acompañados con fotos de compañeros que nos precedieron en el camino.

La participación del obispo Raúl fue brillante. Sus charlas profundas, amenas (¡qué capacidad de contar chistes y anécdotas!) y sobre todo, su testimonio maravilloso. La satisfacción fue unánime. Y –acá entro en un tema que me parece que hay que tener en cuenta- el obispo quedó fascinado con el grupo. No dejó de decirlo por activa y por pasiva. “Algo habremos hecho”.

Finalmente, el jueves solemos hacer la evaluación del encuentro y las propuestas para el año próximo. En este caso, celebramos haber sido un número interesante (éramos 35) y la participación de curas nuevos (6 que vinieron por primera vez). Como tema para el año próximo, la propuesta fue centrarnos en lo eclesiológico, especialmente mirando algunos “olores primaverales” que muchos creen poder sentir en la Iglesia con la elección de Francisco. Y algo que celebramos unánimemente fue el clima excelente, de compañerismo, alegría, concordia. Realmente debo decir que no lo esperaba, ¡y cómo lo celebro! 

Algunas cosas aparte:

Después de la cena del martes, los interesados pudieron ver un documental llamado “Clase media” que propuso Marcelo como complemento a su charla. La noche del miércoles vimos una película mexicana que trajo don Raúl sobre la terrible situación de los migrantes en la frontera entre México y Guatemala centrada en una historia real de una chica: "La vida precoz y breve de Sabina Rivas". El miércoles, después del almuerzo, muchos quisimos pedirle su testimonio histórico – ministerial a Alberto Carbone (89 años), así que nos juntamos con cámaras, grabadores y videos en una jugosa charla de casi 2 horas. 


En lo personal, quisiera señalar algunas cosas algo aparte de esto (aunque disparada por el “marco”):

Creo que una mirada desde una perspectiva internacional nos puede ayudar mucho. Los argentinos solemos creernos como una suerte de ornitorrinco, en el sentido de “rara avis”, que somos únicos. Y mirarnos desde nuestro ombligo. Pero después nos damos cuenta que entre nosotros pasan las mismas cosas que entre nuestros vecinos. Argentina no fue ajena a la década de las “democracias populistas” en los 70, las dictaduras de los 80, la hecatombe neoliberal de los 90 y las recuperaciones de los 2000. 

Y mirar lo que pasa a nuestro alrededor puede servir –lo creo firmemente- para alertar, mirar, pensar lo que puede venir.

+ Mirar los golpes no sanguinarios de Honduras y Paraguay, y sus intentos en Bolivia y Ecuador no nos deberían dejar tranquilos. No solamente por solidaridad “tercermundista” con nuestros hermanos, sino porque siempre están allí latentes los peligros. También entre nosotros.

+ Recordar la sepultura del “ALCA” en Mar del Plata, no significa que se fueron “con el rabo entre las patas”. Los TLC siguen. Y es bueno mirar lo que pasa en estos días en Colombia: Bogotá paralizada antes de ayer, con muertos y heridos, militarizada ayer. Todo por un paro (“paro menor” lo calificó el presidente Santos, seguramente porque era paro de campesinos, a los que parece tratar de gente menor, como bien lo dijo el obispo de Tunja). Los que pararon fueron los paperos y cebolleros, especialmente. En crisis total por el TLC con EEUU. Ese TLC que en Colombia se “vendió” como la panacea, la maravilla que hará que Colombia despegue. Ese mismo TLC que aniquiló las economías pobres en México. Ese mismo TLC que significa “estar insertados en el mundo”, y que los defensores del neoliberalismo en Argentina querían para nosotros, y seguramente querrán si logran volver al gobierno.

+ La situación de los migrantes, tan cruel y realistamente presentada en la película de  Luis Mandoki. No está de más recordar que las “remesas” (la plata que giran a sus familiares locales aquellos/as que han logrado llegar a “la Nueva Jerusalén”) es la principal fuente de divisas en casi todos los países de Centroamérica, y fue una de las principales en Argentina cuando explotó el país “gracias” al neoliberalismo. Es tanta la tentación y los sueños que genera que se arriesgan al cruce de la frontera, con agentes yanquis incluidos… ¡en la frontera entre México y Guatemala!, ¿qué tiene que ver EEUU allí? Es patético ver cómo México –un país digno y soberano- se ha transformado en el preservativo gringo en estas cosas: los colombianos, que necesitan visa para entrar en México, pueden entrar también ¡¡¡si tienen visa yanqui!!!; un colombiano no puede viajar en avión a Centro América si no tiene el boleto de vuelta, y es directamente frenado en el aeropuerto de Bogotá. Colombianos, Venezolanos, Centroamericanos se arriesgan al cruce de la frontera donde no sólo se arriesgan al maltrato de la policía de Migraciones, y los agentes gringos, sino a ser descuartizados por las maras a las que aquellos dejan campo libre (y decir “descuartizados” es absolutamente literal). Y los que logran pasar, suelen viajar en un tren hasta el norte de México, tren llamado “la Bestia” por motivo obvios; tren que se detiene decenas de veces para que los que viajan paguen “peaje” en dinero, cuerpos o vidas a la misma “Mara Salvatrucha”. Es cierto que en general –salvo ciertos sectores culturales- los argentinos en general han optado por migrar hacia Europa –España e Italia especialmente, aprovechando sus raíces- pero si bien no existen allí esos riesgos (o no demasiados; porque basta con ver la situación de los balseros desde el África) la crisis económica –también producto del neoliberalismo- no parece que los trate demasiado bien.

+ El Tratado del Pacífico, evidentemente para contraponerlo al Mercosur, del que participan los países “de derechas” (Chile, Perú, Colombia y México) no nos debería dejar tranquilos; eso muestra cómo “las Embajadas” trabajan por aquello de “divide y reinarás” y cómo muchos grupos “de adentro” son más activos que la misma diplomacia imperial. Y acá no dejo de recordar cómo los cables de “la Embajada” muestran cómo no sólo apoyaron económicamente al diario El Mercurio para crear un clima destituyente contra Salvador Allende, sino también cómo apoyaron a grupos de izquierda porque también ayudaban a crear ese mismo clima.

+ Esto –y mucho más que se podría agregar- es lo que me invita a estar alerta. Cuando Mirta Legrand dice: “¿qué me importa Honduras?” o cuando Jorge Lanata dice irónicamente, “¡El futuro está en África!”, y cuando varios proyectos políticos insisten en que “estamos fuera del Mundo”, que hay que “volver al Mundo” (el “Mundo” entendido como el “primero”, porque el “tercero” no existe, es Honduras, o África… como cuando hablan de “Guerras Mundiales”, porque sólo ellos participaron), eso me hace temer. Y tener militancia en contra. ¡No quiero volver a “ese mundo”!, no quiero que me violen o descuarticen, o que los paperos o cebolleros salgan desesperados a la calle, no quiero que los únicos argentinos felices sean los que llegaron a la “Tierra prometida” o los que comercian con ella. No quiero que los pobres sean cada vez más pobres a causa de ricos cada vez más ricos. 

+ Y esto me hace mirar nuestra actual realidad. La realidad “post-PASO”. Tengo muchas críticas al gobierno, hay muchas cosas que no me gustan o convencen. Pero una cosa son los sueños, ideales y utopías, y otra es la realidad. Hacia esas utopías quiero caminar, pero desde este lugar, con estos instrumentos, estos medios, estas personas. Me imagino un director técnico, un director de orquesta, un párroco que llega para empezar; no puede hacer lo que sueña, lo que desea. Tiene que hacer lo mejor posible con “estos medios”. Si el director tiene un excelente flautista y un mal violinista, mal haría en tocar el concierto para violín y orquesta de Tchaikovski, aunque lo desee.  Lo digo mirando personajes bastante detestables que están en la política nacional (como varios gobernadores o intendentes del conurbano), y lo digo mirando la siempre necesaria tensión entre la realidad y los ideales, entre Aristóteles y Platón. Pero también miro a Massa, al PRO (¿cómo puede salir segundo Del Sel en Santa Fe, o Baldassi en Córdoba?), a De Narváez, o al socialismo que prefiere a Capriles, o a Cobos y me espanto. Y no tengo dudas; porque tengo críticas, sí, pero no dudas.

+ Y miro el poder impresionante de los MCS y su capacidad de instalar “agenda”, y la importancia central que todos dan a la “inseguridad” (palabra polisémica si las hay), justo cuando hay la información nos dice que los homicidios son la tercera causa de muerte traumática, siendo los accidentes de tránsito y los suicidios las dos primeras. Cuando se ve que la oposición se dedicó en las campañas a una suerte de “ondas de amor y paz” porque toda la campaña “sucia” de la crítica, la denuncia, y embarrar la cancha la hacía Clarín y su monopolio. 

Nuestra opción por los pobres no nos deja tranquilos. La vida (y la muerte) de los pobres está en riesgo. Siempre lo está, precisamente porque son pobres. Y nuestra responsabilidad está en anunciarles “Buenas noticias”. Buenas que no sean meras ilusiones, ni “opio del pueblo”, que sean concretas, llenas de esperanza en pasos reales, en utopías con caminos posibles. 

El obispo Raúl se “deshizo en elogios” a nuestro grupo; y eso ya lo habían hecho antes, como González Faus, Pedro Trigo y otros; y eso debería hacernos pensar. Pensar en cargar las pilas, pensar en “seguir andando, nomás”, pensar en invitar a otros, nuevos o viejos, pensar en que es verdad que otra Iglesia es posible, pero en esa “otra Iglesia” –con nuestras limitaciones, pobrezas, conflictos- estamos llamados a ser parte. Parte en el anuncio del evangelio de la liberación y la vida, parte de mostrar a otros y otras, creyentes o no, que las utopías sirven para caminar. Y en eso estamos.


Pintura de Rafael Sanzio, “La Escuela de Atenas” tomada de http://museodehistoriamoderna.blogspot.com.ar/2012/08/la-escuela-de-atenas-rafael-sanzio.html

1 comentario:

  1. Estos días fui invitada a dar dos encuentros sobre violencia en dos institutos superiores, estatales de la zona oeste del gran Buenos Aires, a los y las futuros docentes, me quedé impresionada del nivel de desánimo en esas y esos jóvenes. La queja constante, ver el vacío medio vacío al medio lleno, un sentimiento que se contradice a la realidad. También a mi me llama la atención, como a vos al llegar, por ejemplo, la enorme cantidad de gente comprando el día o para el día del niño, fenómeno que hace 10 años atrás no se veía... es impresionante el poder de lavado de cerebro que ejercen los medios y realmente, me asustan, por que desde el repiqueteo constante logran que se crean realmente cosas que desde la realidad concreta se contradicen... Lógicamente que faltan cosas, muchas cosas y que falten enoja y hay razones serias para estarlo, pero hay logros, muchos, que no se celebran.
    Valoro el encuentro y las ganas de ustedes y muchas y muchos otros de seguir andando... Cariños.
    Floreana

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