Comentando el Encuentro (y algo más)
Eduardo de la Serna
Acabamos de terminar el 26º
Encuentro nacional de Curas en la opción por los pobres, hemos hecho público
nuestro mensaje a la sociedad y hemos vuelto a nuestras comunidades después de
casi 4 días de encuentro. Después de esto, quisiera hacer algunas reflexiones
que –espero- puedan servir.
El encuentro tiene habitualmente
siempre el mismo esquema. Temprano por la tarde del lunes nos vamos encontrando,
saludando, comentando y compartiendo. Después de eso, solemos hacer una mirada
más o menos exhaustiva de la realidad (nacional, social, política, económica,
eclesial…). Para eso, solemos invitar a alguien a que nos ayude a tener una
visión amplia (caso contrario, nuestro riesgo obvio sería mirar desde nuestra
perspectiva siempre local, por aquello del árbol y el bosque). Este año, nuestro
compañero Marcelo Ciaramella –que desde hace años está trabajando temas
sociales y está terminando su maestría después de su licenciatura-. La
sensación general –creo interpretar- es que fue bueno, aunque nos quedamos con
las ganas de profundizar más. Un tema de tiempo.
Los días martes y miércoles
suelen ser los días en los que entramos en el tema que nos fijamos en el
encuentro anterior. En este caso nos interesaba hablar sobre “la Iglesia de los pobres” e invitamos a
Raúl Vera, obispo de Saltillo, México, y ex obispo coadjutor de Samuel Ruiz, en
Chiapas. Lo que solemos hacer son dos charlas por día (mañana y tarde al
empezar cada momento) y luego reuniones en grupos con las consignas que da el
invitado. La mañana empieza con una oración, y antes de la cena terminamos con
la Eucaristía. La parte celebrativa fue excelentemente bien preparada, muy
profunda y ahondando en el tema del encuentro. Con cuadernitos de celebraciones
y cancioneros –en mi opinión, y de muchos- excelentes; y acompañados con fotos de compañeros que nos precedieron en el camino.
La participación del obispo Raúl
fue brillante. Sus charlas profundas, amenas (¡qué capacidad de contar chistes y anécdotas!) y sobre todo, su
testimonio maravilloso. La satisfacción fue unánime. Y –acá entro en un tema
que me parece que hay que tener en cuenta- el obispo quedó fascinado con el
grupo. No dejó de decirlo por activa y por pasiva. “Algo habremos hecho”.
Finalmente, el jueves solemos
hacer la evaluación del encuentro y las propuestas para el año próximo. En este
caso, celebramos haber sido un número interesante (éramos 35) y la
participación de curas nuevos (6 que vinieron por primera vez). Como tema para
el año próximo, la propuesta fue centrarnos en lo eclesiológico, especialmente
mirando algunos “olores primaverales” que muchos creen poder sentir en la
Iglesia con la elección de Francisco. Y algo que celebramos unánimemente fue el
clima excelente, de compañerismo, alegría, concordia. Realmente debo decir que
no lo esperaba, ¡y cómo lo celebro!
Algunas cosas aparte:
Después de la cena del martes,
los interesados pudieron ver un documental llamado “Clase media” que propuso Marcelo como complemento a su charla. La
noche del miércoles vimos una película mexicana que trajo don Raúl sobre la terrible
situación de los migrantes en la frontera entre México y Guatemala centrada en
una historia real de una chica: "La vida precoz y breve de Sabina Rivas".
El miércoles, después del almuerzo, muchos quisimos pedirle su testimonio
histórico – ministerial a Alberto Carbone (89 años), así que nos juntamos con
cámaras, grabadores y videos en una jugosa charla de casi 2 horas.
En lo personal,
quisiera señalar algunas cosas algo aparte de esto (aunque disparada por el “marco”):
Creo que una
mirada desde una perspectiva internacional nos puede ayudar mucho. Los
argentinos solemos creernos como una suerte de ornitorrinco, en el sentido de “rara
avis”, que somos únicos. Y mirarnos desde nuestro ombligo. Pero después nos
damos cuenta que entre nosotros pasan las mismas cosas que entre nuestros
vecinos. Argentina no fue ajena a la década de las “democracias populistas” en
los 70, las dictaduras de los 80, la hecatombe neoliberal de los 90 y las
recuperaciones de los 2000.
Y mirar lo que
pasa a nuestro alrededor puede servir –lo creo firmemente- para alertar, mirar,
pensar lo que puede venir.
+ Mirar los golpes
no sanguinarios de Honduras y Paraguay, y sus intentos en Bolivia y Ecuador no nos
deberían dejar tranquilos. No solamente por solidaridad “tercermundista” con nuestros hermanos, sino porque siempre están
allí latentes los peligros. También entre nosotros.
+ Recordar la
sepultura del “ALCA” en Mar del Plata, no significa que se fueron “con el rabo entre las patas”. Los TLC
siguen. Y es bueno mirar lo que pasa en estos días en Colombia: Bogotá
paralizada antes de ayer, con muertos y heridos, militarizada ayer. Todo por un
paro (“paro menor” lo calificó el presidente Santos, seguramente porque era
paro de campesinos, a los que parece tratar de gente menor, como bien lo dijo
el obispo de Tunja). Los que pararon fueron los paperos y cebolleros,
especialmente. En crisis total por el TLC con EEUU. Ese TLC que en Colombia se “vendió” como la panacea, la maravilla
que hará que Colombia despegue. Ese mismo TLC que aniquiló las economías pobres
en México. Ese mismo TLC que significa “estar
insertados en el mundo”, y que los defensores del neoliberalismo en
Argentina querían para nosotros, y seguramente querrán si logran volver al
gobierno.
+ La situación de
los migrantes, tan cruel y realistamente presentada en la película de Luis Mandoki. No está de más recordar que las
“remesas” (la plata que giran a sus
familiares locales aquellos/as que han logrado llegar a “la Nueva Jerusalén”) es la principal fuente de divisas en casi
todos los países de Centroamérica, y fue una de las principales en Argentina
cuando explotó el país “gracias” al
neoliberalismo. Es tanta la tentación y los sueños que genera que se arriesgan
al cruce de la frontera, con agentes yanquis incluidos… ¡en la frontera entre
México y Guatemala!, ¿qué tiene que ver EEUU allí? Es patético ver cómo México –un
país digno y soberano- se ha transformado en el preservativo gringo en estas
cosas: los colombianos, que necesitan visa para entrar en México, pueden entrar
también ¡¡¡si tienen visa yanqui!!!;
un colombiano no puede viajar en avión a Centro América si no tiene el boleto
de vuelta, y es directamente frenado en el aeropuerto de Bogotá. Colombianos,
Venezolanos, Centroamericanos se arriesgan al cruce de la frontera donde no sólo
se arriesgan al maltrato de la policía de Migraciones, y los agentes gringos,
sino a ser descuartizados por las maras a las que aquellos dejan campo libre (y
decir “descuartizados” es absolutamente literal). Y los que logran pasar,
suelen viajar en un tren hasta el norte de México, tren llamado “la Bestia” por
motivo obvios; tren que se detiene decenas de veces para que los que viajan
paguen “peaje” en dinero, cuerpos o vidas a la misma “Mara Salvatrucha”. Es cierto que en general –salvo ciertos sectores
culturales- los argentinos en general han optado por migrar hacia Europa –España
e Italia especialmente, aprovechando sus raíces- pero si bien no existen allí
esos riesgos (o no demasiados; porque basta con ver la situación de los
balseros desde el África) la crisis económica –también producto del
neoliberalismo- no parece que los trate demasiado bien.
+ El Tratado del
Pacífico, evidentemente para contraponerlo al Mercosur, del que participan los
países “de derechas” (Chile, Perú,
Colombia y México) no nos debería dejar tranquilos; eso muestra cómo “las
Embajadas” trabajan por aquello de “divide
y reinarás” y cómo muchos grupos “de
adentro” son más activos que la misma diplomacia imperial. Y acá no dejo de
recordar cómo los cables de “la Embajada” muestran cómo no sólo apoyaron
económicamente al diario El Mercurio para crear un clima destituyente contra
Salvador Allende, sino también cómo apoyaron a grupos de izquierda porque también
ayudaban a crear ese mismo clima.
+ Esto –y mucho
más que se podría agregar- es lo que me invita a estar alerta. Cuando Mirta
Legrand dice: “¿qué me importa Honduras?”
o cuando Jorge Lanata dice irónicamente, “¡El
futuro está en África!”, y cuando varios proyectos políticos insisten en que
“estamos fuera del Mundo”, que hay
que “volver al Mundo” (el “Mundo”
entendido como el “primero”, porque el “tercero” no existe, es Honduras, o
África… como cuando hablan de “Guerras Mundiales”,
porque sólo ellos participaron), eso me hace temer. Y tener militancia en
contra. ¡No quiero volver a “ese mundo”!,
no quiero que me violen o descuarticen, o que los paperos o cebolleros salgan
desesperados a la calle, no quiero que los únicos argentinos felices sean los
que llegaron a la “Tierra prometida”
o los que comercian con ella. No quiero que los pobres sean cada vez más pobres
a causa de ricos cada vez más ricos.
+ Y esto me hace
mirar nuestra actual realidad. La realidad “post-PASO”. Tengo muchas críticas
al gobierno, hay muchas cosas que no me gustan o convencen. Pero una cosa son
los sueños, ideales y utopías, y otra es la realidad. Hacia esas utopías quiero
caminar, pero desde este lugar, con estos instrumentos, estos medios, estas
personas. Me imagino un director técnico, un director de orquesta, un párroco que
llega para empezar; no puede hacer lo que sueña, lo que desea. Tiene que hacer
lo mejor posible con “estos medios”. Si el director tiene un excelente
flautista y un mal violinista, mal haría en tocar el concierto para violín y
orquesta de Tchaikovski, aunque lo desee. Lo digo mirando personajes bastante
detestables que están en la política nacional (como varios gobernadores o intendentes
del conurbano), y lo digo mirando la siempre necesaria tensión entre la
realidad y los ideales, entre Aristóteles y Platón. Pero también miro a Massa,
al PRO (¿cómo puede salir segundo Del Sel en Santa Fe, o Baldassi en Córdoba?),
a De Narváez, o al socialismo que prefiere a Capriles, o a Cobos y me espanto.
Y no tengo dudas; porque tengo críticas, sí, pero no dudas.
+ Y miro el poder
impresionante de los MCS y su capacidad de instalar “agenda”, y la importancia
central que todos dan a la “inseguridad” (palabra polisémica si las hay), justo
cuando hay la información nos dice que los homicidios son la tercera causa de
muerte traumática, siendo los accidentes de tránsito y los suicidios las dos
primeras. Cuando se ve que la oposición se dedicó en las campañas a una suerte
de “ondas de amor y paz” porque toda la campaña “sucia” de la crítica, la
denuncia, y embarrar la cancha la hacía Clarín y su monopolio.
Nuestra opción por
los pobres no nos deja tranquilos. La vida (y la muerte) de los pobres está en
riesgo. Siempre lo está, precisamente porque son pobres. Y nuestra
responsabilidad está en anunciarles “Buenas noticias”. Buenas que no sean meras
ilusiones, ni “opio del pueblo”, que sean concretas, llenas de esperanza en
pasos reales, en utopías con caminos posibles.
El obispo Raúl se “deshizo
en elogios” a nuestro grupo; y eso ya lo habían hecho antes, como González
Faus, Pedro Trigo y otros; y eso debería hacernos pensar. Pensar en cargar las
pilas, pensar en “seguir andando, nomás”,
pensar en invitar a otros, nuevos o viejos, pensar en que es verdad que otra Iglesia es posible, pero en esa “otra
Iglesia” –con nuestras limitaciones, pobrezas, conflictos- estamos llamados a
ser parte. Parte en el anuncio del evangelio de la liberación y la vida, parte
de mostrar a otros y otras, creyentes o no, que las utopías sirven para
caminar. Y en eso estamos.
Pintura de Rafael Sanzio, “La
Escuela de Atenas” tomada de http://museodehistoriamoderna.blogspot.com.ar/2012/08/la-escuela-de-atenas-rafael-sanzio.html
Estos días fui invitada a dar dos encuentros sobre violencia en dos institutos superiores, estatales de la zona oeste del gran Buenos Aires, a los y las futuros docentes, me quedé impresionada del nivel de desánimo en esas y esos jóvenes. La queja constante, ver el vacío medio vacío al medio lleno, un sentimiento que se contradice a la realidad. También a mi me llama la atención, como a vos al llegar, por ejemplo, la enorme cantidad de gente comprando el día o para el día del niño, fenómeno que hace 10 años atrás no se veía... es impresionante el poder de lavado de cerebro que ejercen los medios y realmente, me asustan, por que desde el repiqueteo constante logran que se crean realmente cosas que desde la realidad concreta se contradicen... Lógicamente que faltan cosas, muchas cosas y que falten enoja y hay razones serias para estarlo, pero hay logros, muchos, que no se celebran.
ResponderEliminarValoro el encuentro y las ganas de ustedes y muchas y muchos otros de seguir andando... Cariños.
Floreana