viernes, 10 de octubre de 2014

Ébola en Argentina



Ébola en Argentina


Eduardo de la Serna

En el mes de mayo de este año, el ultraderechista francés Jean Marie Le Pen afirmó que "El Ébola puede solucionar el problema de la emigración en tres meses". Y en realidad, a nadie que fuera asiduo lector de diarios le pudo extrañar que semejante espécimen de la raza humana pudiera hacer esa afirmación. Como cuando un miembro de la Lega Nord, la derecha italiana, afirmó después que el Papa fuera a Lampedusa que “el Papa dirá lo que quiera pero yo celebro cada balsa que se hunde” [Aunque ahora que el Ébola traspasó las fronteras del África habría que ver si afirman lo mismo; pero ya estamos acostumbrados a que para esa gente los aliados de ayer sean enemigos hoy, y viceversa].


A la evidente manifestación de “raza superior” (como Anne-Sophie Lecrère, candidata del partido de Marine Le Pen, que afirmó que la ministra negra – Christiane Taubira, ministra de justicia – debía volver a los árboles, o los hinchas de fútbol del Villareal que le tiraron bananas al jugador brasileño, Dani Alves)… debe sumarse en la población media “el miedo”. El miedo al otro, miedo al extranjero, a lo desconocido. Ladrón, violador, ocupador, sucio, y – para peor – viene a quitarme el trabajo (trabajo que nunca haremos, porque es ‘inferior’, pero trabajo al fin). Aunque si es una “negrita” que va a competir con Dilma a lo mejor la apoyamos hasta que su discurso se vea inconsistente y volvamos apoyar al “nuestro” de siempre…


Pero no hace falta traspasar las fronteras, claro. El intendente de San Isidro, medio PRO y medio Renovador, Gustavo Posse, está buscando evitar que se asienten pobres en su ‘San Isidro es Distinto’. Por plata o por represión, pero que se vayan. Y el PRO porteño, con las villas, sea escondiéndolas con muros (autopista que pasa por la 31) o represión (villa Papa Francisco) o simplemente ninguneándolos, omitiendo toda política pública ¡y listo! Ah… y por no mencionar la declaración del inefable Rodríguez Larreta de que el aumento de población en las villas se debe a que no se alientan las economías regionales (e hizo referencia ¡a la soja!, la gran desocupadora de los campos), así de simple es todo para el PRO… parece que la gente de las villas no tiene hijos que se independizan y forman nuevas familias, por ejemplo. ¡No! La culpa – siempre – es del gobierno que no apoya las economías regionales como la soja, que – por otra parte – no especula con los precios, con la devaluación, o hasta con un cambio de gobierno… Pero la cosa es que la gente de las villas (¡todos negros!) deberían volverse a su tierra, ¡como los africanos!


Y lo mismo con los “extranjeros” que deben volver a sus países, pero si estos son Bolivia, Paraguay, Perú… no si son italianos, españoles, y – por supuesto que no, ¡menos aún!, si fueran alemanes, franceses o yanquis – obviamente. Esos son los que nos roban (y sacan trabajo), por culpa de ellos es la inseguridad, y no por culpa de los jueces de la puerta giratoria de Cavallo, de Magnetto, de los de cuello o guante blanco (el blanco siempre es pureza, evidentemente). Es a los negros que se drogan a los que hay que perseguir, no a los empresarios, políticos o profesionales, y corta la bocha. Son drogas distintas. Es evidente… Al fin y al cabo es evidente que la droga que se consume en la villa no es la misma que la que se “brinda” en Nordelta.


Carlos Mugica decía:


“Recuerdo cuando discutí con un coronel sobre el plan de erradicación de Villas, que hoy habría que llamarlo plan de radicación porque después de cinco años, en la zona de Retiro, que al comienzo tenía 30.000 personas, hoy hay 50.000. El coronel me decía: ‘a la gente de las villas hay que llevarlas a una vivienda transitoria porque no están en condiciones de vivir en casas definitivas’. Y yo le dije que ojalá nunca adquirieran nuestras pautas culturales, que mantuvieran su cultura original sin contaminarse con la nuestra, porque a lo mejor visto desde el Evangelio pueden tener mucho de rescatable. (…) No es cuestión de mitificarlos, pues en todo ser humano existe el pecado, pero yo diría que hasta los pecados de la gente humilde y del pueblo son más normales. Cuando se agarran una borrachera lo hacen con Crespi y no con whisky importado…”


En fin, a lo mejor aprendamos que todo gobierno que haga sentir a los “negros” que tienen derechos, que son “gente” debe ser criticado, defenestrado y si no, eyectado. Es que ¡falta tanto para el 2015!

 

foto tomada de fdaweb.blogspot.com


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