jueves, 17 de enero de 2013

Capacidades

Capacidades


Eduardo de la Serna



En la segunda carta a los Corintios, Pablo les dice que él no se siente “capaz” de enfrentar la tarea de anunciar el Evangelio, pero que sabe que “Dios lo ha capacitado” para ello. La imagen de alguien que se deja conducir por Dios (lo que el mismo Pablo llama “gracia”) es la que está en el trasfondo del texto. La tarea es un desafío, y -por ser encargo de Dios- como buen profeta que es, Pablo sabe que no podría sin ser preparado por el mismo Dios para eso. Y esto me inspira una duda cartesiana.

Como muchos otros temas, la idea de “capacidad” es una imagen que tiene diversos sentidos y significados. Un vaso tiene una capacidad y al llenarse, una gota lo hace rebalsar; un colectivo tiene una capacidad y -cuando no hay subtes- no cabe un pasajero más. Pero también el término se utiliza para referirse a otros sentidos, como capacidad intelectual, por ejemplo. El alcalde de Buenos Aires, que no puede hacerse cargo ni siquiera de su ciudad, acaba de afirmar que “me siento capacitado para ser presidente”. La frase permite una serie de lecturas interesantes y, quizás, complementarias.

Para empezar, lo que una persona “sienta” nunca es demasiado importante para los demás, ya que otro/s puede/n sentir exactamente lo opuesto y todo es razonable: es “sentimiento”. Y los sentimientos en el fondo nunca son ni buenos ni malos, son “sentimientos”. A esto se podría añadir -y sigue sin ser demasiado importante- si “nosotros sentimos que Macri está capacitado para ser presidente”. En mi caso la respuesta es obvia: alguien que ha demostrado una honda incapacidad para ser presidente de empresas, sin la ayuda de su papá; para ser presidente de Boca sin la ayuda de Bianchi o para ser alcalde de Buenos Aires sin la ayuda de Durán Barba no “sentimos” que esté capacitado ni para eso, ni para nada. Muchos sentirán que Macri es sencillamente un incapaz.

Pero lo importante -me parece- está en otro lado: primero en si realmente está capacitado, y otra si nosotros estamos capacitados para soportar a Macri presidente.

En lo personal, “siento” que Macri habla de trabajo en equipo no porque crea en eso sino porque sabe que solo es incapaz. No es capaz de elaborar un discurso, no es capaz de gobernar hospitales, escuelas. Pareciera que para lo único que se ha manifestado capaz es de “aumentar”: aumentar peajes, aumentar ABL, aumentar los subtes, las bicisendas y hasta aumentar la basura... no de aumentar la seguridad, la educación de calidad, la atención en los hospitales, ni siquiera de aumentar las viviendas sociales. No podría imaginarme la suerte de los campesinos siendo él presidente, o de los pequeños agricultores abandonados por la FAA. Incluso temas que parecen falencias del actual gobierno como la minería, los agrotóxicos, la situación de los Qom, por ejemplo, no quisiera imaginarlas en manos de Macri (o mejor, de los que lo manejan).

Y también “siento” que no estamos capacitados para Macri presidente. Mi temor es que siempre es más fácil destruir que edificar. Un castillo de naipes se levanta en horas y se derriba en segundos. Bastó menos de una década infame para tirar abajo todas las conquistas sociales, corromper sindicatos, devastar la economía solidaria, atar al país de pies y manos a relaciones carnales. Un país arrasado (10 años había pedido Martínez de Hoz) no puede levantarse ni en una década, como es evidente. ¿Qué pasaría si Macri fuera presidente? Re-privatizaciones (¿recordamos al Correo, que estuvo en manos de Macri?), pago a los mal llamados buitres (¿qué le hicieron esos animalitos a estos cretinos?), abandono de los pobres a su suerte, relaciones internacionales abandonando el multilateralismo y aislándonos del mundo (porque América Latina y el Sur-Sur también es “mundo”, mal que le pese a Carrió, Lanata, y Mauri)... ¿Estamos capacitados para volver al menemismo? Cuando fue diputado, Macri nunca fue al Congreso; ahora los que no van son De Narvaez, Carrió y Michetti, sus socios, mientras Macri va al recital de Kiss cuando se inunda Buenos Aires. ¿Estamos capacitados? Todavía no terminamos de elaborar y hacer justicia con la dictadura cívico-militar, todavía no terminamos de hacer justicia ante la infamia menemista, ¿y estamos capacitados para la inacción destructiva del macrismo? Sin dudas creo que no, aunque haya quienes “sientan” que sí.

De todas maneras queda una última posibilidad ante la frase de Macri. Insistir en que “siente”, ¿no será parte de la campaña de Durán Barba junto con el “respirador serial” de la “paz” y la “tolerancia” (¡qué fácil es ser tolerante con la nada, ¿no?!) y las reiteradas menciones de Antonia para convencernos que Macri es humano? “Siento, luego existo”; Dios nos libre.

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